La Nacion / Más de uno se escucha diciendo «tengo las defensas bajas», sobre todo en los meses fríos. Pero pocos conocemos las verdaderas razones que llevan a que nos enfermemos seguido y muchos menos qué podemos hacer para evitarlo. En la mayoría de los casos, es el estrés ocasionado por el ritmo de trabajo y la vida cotidiana lo que impacta en el sistema inmunológico y nos expone a enfermedades de todo tipo.
Estamos más expuestos, sobre todo a los virus que circulan en el invierno, y nuestros cuerpos no siempre cuentan con las sustancias adecuadas para fortalecer las defensas. Y no siempre se trata de consumir suplementos vitamínicos, se puede empezar con algunos cambios en la alimentación diaria. Con esta lista y el compromiso de dedicarle una porción más abundante del día a pensar nuestro menú, podemos notar resultados a corto plazo.
1) Naranja en gajos Más notas para entender este tema Estrés silencioso: con las tensiones cotidianas, corazones en riesgo La naranja tiene fama de saludable, y se la merece. Pero es cierto que muchas veces la consumimos en formatos no del todo recomendables, ya que cuanto más procesado está el alimento, menos se preservan los nutrientes. En este caso, la vitamina C estrella. El tip es consumir al menos cinco frutas al día. Cortarlas y llevarlas en un recipiente para comer como tentenpié.
2) Yogurt con avena Uno aporta los probióticos básicos para fortalecer el sistema digestivo, mientras el otro colabora con una dosis importante de fibra. Es una de las opciones más fáciles de tener a mano siempre. En el kiosco o el supermercado, leer las etiquetas para llevar la botella que tenga Lactobacillus y Bifidobacterium, bacterias que el cuerpo ya tiene y vale reforzar.
Foto: Pixabay 3) Barra de chocolate amargo Marcada en muchas dietas como «el permitido», también aporta flavonoides importantes para prevenir gran cantidad de enfermedades. Demás está decir que sacia la necesidad de algo dulce que tanto florece cuando hace frío.
4) Nueces No estarán en todos los kioscos o mercados, pero son muy fáciles de transportar y tener a mano. Tienen mucho zinc, importante para el sistema inmune, en especial para la congestión nasal y el dolor de garganta. Con tres por día, ya estamos cubiertos.
5) Té verde con canela y miel Otro ítem que muchos siguen al pie de la letra cuando empiezan a sentir el aire frío, no es solo un mito de abuela. Da el toque de calor necesario y además es antioxidante, anti inflamatorio y antimutagénico, reduce la acción de los agentes que provocan mutaciones del ADN, que pueden derivar en el desarrollo de un cáncer.
6) Pescados, frutos secos, aceites y verduras Foto: Pixabay Tanto el atún, como los mejillones, las avellanas, el aceite de oliva, la espinaca, el brócoli y la leche materna tienen algo en común: ácidos grasos polisaturados. Estos poseen efectos anti inflamatorios que favorecen la respuesta inmunológica del cuerpo humano ante ciertas enfermedades.
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