WASHINGTON – La báscula del baño quizá muestre un buen número, pero ¿qué tanto de ese peso es grasa y no músculo? Nuevos estudios se suman a la evidencia de que la báscula no siempre cuenta la historia completa cuando se trata de riesgos de salud relacionados al peso.
Mantener la grasa corporal baja es más importante para el envejecimiento saludable que un peso bajo en general, informaron el lunes investigadores en la revista Annals of Internal Medicine. Un estudio por separado descubrió que la gente joven que no está en buena forma física tiene mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 posteriormente, incluso si su peso es saludable.
Aquí hay algunas cosas que saber:
¿NO ES IMPORTANTE EL IMC?
Sí, el índice de masa corporal (IMC) es una medida de la comparación del peso de una persona con su estatura. Para mucha gente, eso es un montón de evidencia que dice si tienen sobrepeso o son obesas y, por lo tanto, un mayor riesgo de enfermedades del corazón, diabetes y muerte prematura. Por lo general, un IMC de 25 o más indica sobrepeso, mientras que de 30 en adelante señala obesidad. Alguien que mide 1,75 metros (5 pies, 9 pulgadas) alcanzaría ese umbral de obesidad en 92 kilogramos (203 libras).
NO ES UNA MEDICIÓN PERFECTA
Alguna gente tiene un IMC alto porque es más musculosa. Lo más común es gente que tiene poco músculo y demasiada grasa corporal, incluso si su IMC está en el rango normal.
La composición corporal cambia con la edad, y la porción muscular disminuye mientras que la porción de grasa corporal se incrementa. Eso desacelera el metabolismo, lo que hace fácil ganar kilos a mediana edad incluso si la gente no ha cambiado su manera de comer o la cantidad de ejercicio que hace.
SOBRE LA GRASA
El doctor William Leslie de la Universidad de Manitoba se preguntaba si la deficiente medición de la grasa corporal podría ayudar a explicar la controversial “paradoja de la obesidad”, donde algunos estudios han insinuado que tener un sobrepeso moderado en etapas avanzadas de la vida podría ser bueno para sobrevivir. Dio seguimiento a 50.000 canadienses de mediana edad y ancianos, la mayoría mujeres que se sometieron a pruebas de detección de osteoporosis. Esas radiografías – conocidas como DXA por la absorciometría de rayos x de energía dual – miden los huesos y también permiten una estimación de la grasa.
Un mayor porcentaje de grasa corporal, independientemente del IMC de la persona, fue vinculado a la sobrevivencia reducida, informó Leslie. El riesgo comenzó a crecer cuando la grasa corporal estuvo en el rango de 36% a 38%. Curiosamente, estar bajo de peso también estuvo relacionado a una sobrevivencia reducida, lo que posiblemente refleja fragilidad relacionada con la edad.
“No se trata sólo de la cantidad de cuerpo que tengas, sino de qué estás hecho”, concluyó Leslie.
LA CONDICIÓN FÍSICA CUENTA
Un IMC alto es uno de los mayores factores de riesgo para la diabetes tipo 2, pero un segundo estudio publicado en la edición del lunes de Annals indica que la gente puede estar en riesgo incluso si es delgada, pero no está en buena forma física.
Investigadores de Suecia y Nueva York revisaron los registros de cerca de 1,5 millones de hombres suecos que a los 18 años se hicieron exámenes médicos para el servicio militar obligatorio, y dieron seguimiento a cuántos desarrollaron diabetes muchos años después.
La baja fuerza muscular y la baja condición aeróbica estuvieron asociadas con el incremento de riesgo de diabetes, sin importar si los hombres estaban en el peso normal o con sobrepeso. Tener bajos ambos factores aumentó el riesgo.
¿QUÉ SIGNIFICAN LOS HALLAZGOS?
Para la diabetes, “las personas con peso normal podrían no recibir los consejos adecuados de estilo de vida si son sedentarios o no están en forma debido a su menor riesgo percibido”, escribió el especialista en obesidad, Peter Katzmaryzyk, del Centro de Investigación Biomédica Pennington en Louisiana, quien no participó en el estudio.
El estudio también indica que la condición física en la adolescencia puede tener un impacto duradero.
Y Leslie dice que los doctores deberían considerar la composición corporal de los pacientes, no sólo el peso, en la evaluación de su salud.