Los hombres prefieren pasar hambre pero tener sexo. Según estudio, los varones piensan en el sexo 19 veces al día, en segundo lugar piensan 11 veces diarias en comida y en tercero en dormir. En tanto, las mujeres, pensamos en sexo solo 10 veces al día; en comida, 15; y en dormir, 8.5.
Los datos surgen de un estudio basado en el comportamiento de los gusanos, que dio las pistas a los científicos para concluir que los circuitos cerebrales de ellos funcionan muy diferentes a los de ellas, al menos cuando se trata de comer versus un encuentro sexual.
Los hombres serían capaces de suprimir el hambre con tal de tener sexo, y el motivo no sería otro que sus circuitos cerebrales, según un estudio de la Universidad de Rochester.
«Si bien sabemos que el comportamiento humano está influenciado por numerosos factores, entre ellos las normas culturales y sociales, estos hallazgos apuntan a que los mecanismos biológicos básicos no solo podrían ayudar a explicar algunas diferencias en el comportamiento de hombres y mujeres, sino que también, porqué los diferentes sexos son más susceptibles a cierto tipo de trastornos neuronales», señaló Douglas Portman, profesor del Departamento de Genética Biomédica y autor del estudio.
Tal como lo explicó, su trabajo -en la revista Current Biology- pudo demostrar cómo los circuitos del cerebro pueden determinar las diferencias en el comportamiento de hombres y mujeres, y en el caso de ellos, diferencias apenas sutiles a nivel neuronal, harían que prefieran pasan hambre a favor del sexo.
Para llegar a esta conclusión, Portman trabajó con un tipo de gusano redondo microscópico, llamado Caenorhabditis elegans, que, tal como consigna ABC, ya ha sido utilizado antes por científicos para comprender mecanismos biológicos, incluso de los humanos.
Para este experimento, pusieron a los gusanos en una placa -algunos modificados neuronalmente, para que tuvieran mayor sensibilidad olfativa a los alimentos-, de modo que solo tuvieran dos opciones de movimiento: o iban a buscar comida o se aventuraban a buscar pareja.
Cabe mencionar que en los C. elegans, los dos sexos que existen son macho y hermafrodita. Éstas últimas son capaces de autofertilizarse, pero también se reproducen con machos, y entonces, son consideradas hembras modificadas. ¿Cómo reaccionaron?
Aquellos gusanos que no habían sido previamente modificados, dejaron de lado la comida para ir directo a la búsqueda de pareja. Como se esperaba, los que tenían su sentido del olfato artificialmente más desarrollado, tuvieron menos éxito apareándose, porque querían estar comiendo.
Sexo versus comida, la eterna competencia
Si bien hace algunos años se derribó la creencia de que los hombres piensan en sexo cada siete segundos -lo que equivaldría a 8 mil veces al día-, un equipo de la Universidad Estatal de Ohio reveló en 2011 que si bien la cifra es menor, la sexualidad lleva la delantera en los pensamientos masculinos.
El Mercurio/GDA