Con la llegada de la Navidad aumenta el número de celebraciones y festejos, sobre todo en los días de la Nochebuena, fin de año, primer día de año nuevo, el día de Reyes y, por supuesto, en los tradicionales encuentros que obligan a visitar o recibir en casa a familiares, amigos o vecinos.
Esto conduce, en primer orden, al comer y el beber, muchas veces en exceso, lo que incluye grasas, azúcares, carbohidratos y alcohol. También, el mal hábito de fumar se incrementa en estos días.
Todo ello facilita las condiciones para padecer afecciones digestivas que pueden ir desde acidez y reflujos hasta estreñimiento o diarrea.
Los excesos son una de las principales causas del incremento del número de pancreatitis agudas que se diagnostican en los servicios de urgencias y, aunque esta enfermedad puede tener orígenes muy variados, el excecivo consumo de alcohol es uno de los principales males responsables de casi el ochenta por ciento de los ingresos hospitalarios en esta época. Si bien es cierto que los dominicanos somos famosos por automedicarnos, no es menos cierto que la promoción de algunos medicamentos, como los antiácidos y protectores estomacales o hepáticos, en ocasiones se hace de manera festinada como «salvoconducto» luego de una noche de tragos o excesos al comer.
De ahí, que algunos abusen de estos medicamentos destinados a controlar ciertas afecciones estomacales y gastrointestinales, como la sensación de llenura, que resulta bastante molesta. Pero olvidamos que todo tratamiento médico requiere, primero, de la evaluación de un profesional. Segundo, de un seguimiento. Porque ninguna persona es igual a otra ni tampoco se reacciona igual a la misma enfermedad.
Los antiácidos encabezan la lista de los medicamentos que nos auto recetamos sin tomar en cuenta que sin una adecuada indicación estos pueden ocasionar alteraciones en el patrón intestinal, llevándolo de un extremo al otro (estreñimiento o diarrea).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el uso inadecuado de antiácidos, digestivos y antihepáticos en el que incurren muchas personas luego de ingerir comida y bebida en grandes cantidades en la cena de Navidad o las celebraciones por Año Nuevo, además de causar complicaciones estomacales, puede incluso encubrir enfermedades graves como úlceras y gastritis.
Entre los síntomas que puede generar el abuso de antiácidos, se encuentran: espasmos musculares, latidos de corazón irregulares y dolor de cabeza, entre otros, conforme sea la sustancia utilizada en su composición. Y es que la automedicación puede provocar reacciones tóxicas que afecten seriamente a nuestra salud.
Su función real Los antiácidos son medicamentos orales que a menudo se recomiendan en el tratamiento de dolencias estomacales como la acidez, úlceras y gastritis.
Tienen como fin reducir el ácido del estómago, cuya función principal es promover la absorción de los nutrientes de los alimentos ingeridos como proteínas, minerales y vitaminas.
Cabe pues decir que el uso excesivo de antiácidos puede intervenir en este proceso de absorción de nutrientes. Debido a esa inadecuada absorción de nutrientes como el calcio, por ejemplo, puede ocasionarse un deterioro en la salud ósea que podría conducir a una osteoporosis, para dar una idea de lo delicado que es auto medicarse; y es que los antiácidos neutralizan los ácidos del estómago y su uso excesivo puede provocar una gastritis . Es imperativo la visita a un profesional de la salud antes que recurrir a la automedicación.
Aunque un uso ocasional de antiácidos nos proveerá de un alivio momentáneo al neutralizar los ácidos de nuestro estómago, hay que recordar que éstos son un tipo de drogas, por lo que no resultan del todo inocuos. Todos ellos tienen unas características diferentes y hay que tener especial cuidado con los ingredientes que poseen. Antes de usarlos lo ideal es consultar con un especialista.
Antiácidos naturales
Para evitar el consumo excesivo de antiácidos y medicamentos parecidos, los expertos recomiendan incluir en la dieta alimentos alcalinizantes, que facilitan la digestión y neutralizan los ácidos del estómago. Por ejemplo, frutas como guineos y productos lácteos como el helado de leche y el yogurt ayudan a aliviar las molestias asociadas con enfermedades del ardor estomacal.
El limón, a pesar de ser un cítrico y ser ácido, tiene un efecto neutralizador de ácidos una vez llega al estómago, por lo que se recomienda tomarlo habitualmente, combinado con las comidas y en jugo, mezclado con agua.
Así, la piña facilita la digestión gracias a sus enzimas proteolíticas, pero no se debe mezclar con hidratos de carbono (pan, pasta, bollería, arroz, etc.) Es el postre ideal antes o después de comer verdura o ensalada y carne o pescado.
Para evitar la aparición de los típicos síntomas de la acidez de estómago, los especialistas también aconsejan comer tranquilo y masticar bien los alimentos, evitando tanto el café como el azúcar, las hortalizas ácidas y no condimentar demasiado los alimentos.