Los nutricionistas sugieren comer carnes, cafés especiales, chocolatinas, entre otros alimentos y productos que ellos no son capaces de tocar ni con un pelo.
Esta es la información que ofrece El Confidencial Si un especialista en dietética rechazase consumir un alimento en particular, probablemente tú también deberías hacerlo. Conocen perfectamente qué debe contener una alimentación saludable y qué debemos eliminar de nuestra ingesta diaria si queremos evitar problemas a medio y largo plazo.
Seguramente lo sabes de sobra: los refrescos azucarados, la bollería industrial o los alimentos procesados son malos, pero hay otros tantos productos que te sorprenderá conocer que debes erradicar de tu dieta. Para darnos más pistas Jody Braverman recoge en ‘Live Strong’ el top 10 de los alimentos que jamás verás en el carro de la compra de los expertos en nutrición. Si sueles seguir a rajatabla sus recomendaciones alimenticias, ¿por qué llevarles la contraria si están convencidos de que no son buenos para tu salud?
1. Los alimentos bajos en grasa
‘Así engordo menos’, pensarás al pasar por los estantes del súper donde están todos los alimentos bajos en sal, grasas, natas, calorías, etc. Pero te equivocas. Según la nutricionista Kristin Kirkpatrick «las calorías que te ahorras tendrás que recuperarlas de otra manera». Por lo general, los fabricantes reemplazan las grasas eliminadas con azúcares, que pueden ser aún peor para tu salud: «Especialmente si se trataba de grasas saludables como las mono y poliinsaturadas que, consumidas con moderación, son buenas para la salud cardiovascular», asegura la experta.
2. Cafés con añadidos especiales
El café tiene una gran cantidad de beneficios, desde mejorar nuestra memoria o estado de ánimo, hasta reforzar la salud cardiovascular e incluso reducir el riesgo de padecer diabetes. Pero si le añadimos ingredientes extras como azúcares, sacarinas, cremas dulces o potenciadores del sabor, nos estamos bebiendo una pócima insalubre. ¡Qué rico tu café moca! ¿Verdad? Pues cuidado de con qué lo han preparado porque algunos añadidos pueden hacer que nuestra bebida alcance cerca de las 300 calorías. Los expertos insisten en endulzar el café con edulcorantes naturales como la miel o la stevia.
3. Barritas de fibra
Sí, los mueslis que tanto consumes para mantenerte saciado y nutrido, resulta que no son tan saludables como pensabas. Al menos así lo asegura Kirkpatrick, que los denomina «chocolatinas encubiertas» y asegura que estas barras de fibra contienen cantidades excesivas de azúcar y pocos nutrientes.
Necesitamos entre 25 y 35 gramos de fibra al día, pero los expertos recomiendan extraerla de alimentos saludables como los productos integrales que no contienen azúcares añadidos o, más sencillo todavía, frutas, verduras, frutos secos y legumbres.
4. Los fritos
No se refieren precisamente al filete de pollo empanado que te hagas en casa, sino a los fritos preparados que «son altos en grasas, especialmente en las malas como las saturadas y las trans», explica la nutricionista Elizabeth Jaramillo-Lopez.
Responsables en gran medida de aumentar nuestros niveles de colesterol malo, si los tomamos a menudo podríamos estar poniendo nuestra salud en riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular. «Las grasas son importantes para nuestro cuerpo porque nos dan energía, protegen nuestros órganos e incluso ayudan a procesar algunos nutrientes, pero tenemos que saber de qué tipo estamos comiendo», insiste la experta, quien recomienda elegir alimentos ricos en grasas mono y poliinsaturadas como los aguacates, nueces, semillas y pescado, así como evitar los fritos y optar por otros tipos de cocción como asar o hervir.
5. Carnes procesadas
El tocino, las salchichas, algunos embutidos y las carnes frías pueden ser perjudiciales para la salud. Según un estudio realizado en 2010 en la Universidad de Harvard el consumo de carnes procesadas aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca en un 42% y el de diabetes en casi un 20%. Eso sin contar con la cantidad de grasas no saludables que contienen estos alimentos y que aumentan nuestros niveles de colesterol malo.
«Además las carnes procesadas también contienen nitrato de sodio, un aditivo químico que conserva el color de la carne, añade sabor y actúa como conservante, que diferentes investigaciones han vinculado con diversos tipos de cáncer», explica Jaramillo-López.
6. Chocolatinas
La barritas de chocolate que encuentras en las máquinas expendedoras rellenas de caramelo, dulce de leche y tantos otros ingredientes irresistibles para los amantes del dulce, están llenas de grasas, azúcar y más bien pocos nutrientes. Si cada una de estas chocolatinas tiene en torno a 250 calorías, échale que al menos contiene más de 20 gramos de grasas -sí, incluidas saturadas- y unos 24 gramos de azúcares. Su consumo habitual supone un exceso de azúcar en nuestra alimentación y recordemos que esto puede derivar en un aumento de peso, diabetes y una serie de otros problemas de salud.
7. Gelatina de sabores
Es dulce, refrescante, ligera, apenas tiene calorías, es de colores llamativos y se prepara en formas de lo más divertidas, pero no es buena para ti. Carole M. Farina lo tiene claro: «La gelatina con sabor es una mezcla de azúcar, agua, colorantes artificiales y subproductos animales que apenas tiene valor nutricional», asegura la especialista en nutrición, quien recomienda que si queremos ingerir algo de colores, tomemos una pieza de fruta fresca y nos dejemos de gelatinas.
8. Preparados de comida congelada
Como ocurría con los fritos, el tupper de lentejas que has congelado es un alimento fenomenal, pero muchos de los que compramos en las grandes superficies no son nada saludables. Nos apañan una cena, desde luego, pero F. Farina advierte que la mayoría contienen demasiados carbohidratos y más bien pocas proteínas, lo que se traduce en que al poco tiempo de ingerirlos volvemos a tener hambre y, al final, comamos más de lo que deberíamos.
9. La comida rápida
La nutricionista Nina Dougherty afirma que no hay que renunciar siempre a la comida rápida, pero tiene muy claro cuándo hay que evitarla por completo: «Cuando la comida tiene un color como medio marrón, con tonos blanquecinos e ingredientes cremosos». Si nos encontramos ante un plato que apenas tiene color, probablemente se trate de un alimento procesado, alto en grasas y bajo en nutrientes. De hecho, la comida saludable suele tener colores fuertes y brillantes como le ocurre a las frutas y verduras.
Además, subraya la experta, en este tipo de menús nos encontramos con ingredientes demasiado blandos que apenas requieren masticación, lo que prácticamente elimina la experiencia sensorial con la comida y, como consecuencia, disminuye la sensación de saciedad después de comer.
10. Cereales
«Muchos de los cereales que encontramos en el supermercado no son otra cosa que granos refinados recubiertos de azúcar y, a veces, mezclados con trozos de chocolate y dulces que no deberían estar en nuestro desayuno», asegura Dougherty, quien recomienda optar por cereales enteros bajos en azúcares y con fibra, fundamental para mantener en forma nuestro sistema digestivo