La obesidad y el sobrepeso constituyen un grave problema de salud pública, por su alta incidencia, y por ser factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes , hipertensión arterial e hipercolesterolemia . Los niños obesos tienen un riesgo considerablemente mayor de padecer estas enfermedades y de desarrollar obesidad mórbida, la forma más grave del trastorno, al llegar a la edad adulta.
El sobrepeso, además, puede tener consecuencias negativas sobre el desarrollo emocional de niños y adolescentes. La obesidad, a pesar de su prevalencia, no está bien vista socialmente y puede generar en las personas que la padecen, y especialmente en aquellos cuya personalidad no está formada, sentimientos de inferioridad y baja autoestima . Pueden sentirse rechazados y aislarse, además de desarrollar actitudes antisociales y depresión infantil . El aislamiento social lleva a mayor sedentarismo y a una ingesta superior de calorías, lo que cronifica el problema.
Estas son otras complicaciones asociadas a la obesidad infantil :
Es importante recordar que muchos trastornos del comportamiento alimentario, como la bulimia y la anorexia , también pueden estar relacionados inicialmente con el sobrepeso. Un escaso aporte de fibra , debido a una dieta inadecuada, y la escasez de actividad física pueden originar estreñimiento infantil . El exceso de peso supone una sobrecarga para los huesos y el aparato locomotor, disminuye la tolerancia al ejercicio físico, y provoca problemas respiratorios. La obesidad también tiene consecuencias negativas para la piel, ya que favorece el desarrollo de infecciones en los pliegues, y la aparición de hematomas ante mínimos traumatismos.