Hace muchos años que el láser dejo de formar parte de la ciencia ficción para cobrar un papel protagónico en nuestra vida diaria en los más variados escenarios que van desde la industria bélica y automovilística hasta la cosmética y la electrónica, obteniendo una enorme importancia su aplicación en la medicina tanto como auxiliar diagnóstico como en cirugías por su cualidad de cortar y cauterizar heridas.
Entre las bondades que reporta el uso del láser destacan: menor tiempo en los procedimientos, menor riesgo de infección, menos sangrado y pronta recuperación. Y son precisamente éstas algunas de las ventajas que ofrece el láser verde aplicado para condiciones benignas de la próstata, particularmente, su agrandamiento.
Desarrollado hace ya 25 años en la clínica Mayo, Estados Unidos, el láser verde ha venido mejorando su tecnología para fines de aplicación en el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna. «Es un rayo de luz con una longitud de 532 nm (nanómetro) que produce la luz verde que vaporiza el tejido con superficie vascularizada (si no tiene sangre el tejido, no funciona el láser).
Al vaporizar el tejido que comprime la uretra se aumenta el flujo urinario, desapareciendo las molestias ocasionadas por el agrandamiento prostático», explica el doctor en urología Juan Caraballo, al ser entrevistado sobre el tema. Hace la salvedad que esta técnica no aplica en los cánceres o tejidos fibróticos porque no tienen vascularización. Solo aplica para la hiperplasia prostática benigna, es decir el crecimiento benigno de la próstata que no tiene nada que ver con cánceres, aclara el galeno.
La eficacia de esta moderna y mínimamente invasiva técnica es tan alta como la que reporta la cirugía tradicional de próstata, pero con menos complicación. «Las complicaciones no solo son mínimas sino leves como escozor y urgencia al orinar, lo que responde satisfactoriamente a tratamientos», explica Caraballo.
Otro dato importante a destacar es que menos del uno por ciento de los pacientes sometidos a esta técnica ha referido disminución de la erección y eso «solo puede pasar si se afecta el nervio que circunda la próstata, cosa que con un buen manejo de la técnica no debe ocurrir», enfatiza el especialista experto en la técnica.
Síntomas de la hiperplasia prostática «Los síntomas que devienen de un agrandamiento de próstata son obstructivos, porque en la próstata se ubica la salida de la vejiga. La uretra le pasa por dentro a la próstata y cuando ésta crece va comprimiendo la uretra y el paciente se queja de que tiene que esperar un poco para comenzar a orinar lo que se conoce en urología como titubeo. En consecuencia, el chorro comienza a salir corto y con menos presión», explica el galeno.
Dice que la hiperplasia prostática benigna comienza su desarrollo en la adultez y sigue hasta la vejez, «llega con la edad. Sobre los 40 es que comienza a desarrollarse a un grado importante porque a los 25 ciertos hombres la presentan pero a un grado no tan importante», aclara. Asegura que no se puede prevenir ya que tiene mucho que ver con la parte hormonal.
Rápida inserción a la vida cotidiana Caraballo asegura que la vaporización de la próstata con el láser verde es una técnica segura, y que al no producir sangrado importante la reinserción del paciente a la vida normal se hace en menor tiempo. Reitera que si el manejo de la técnica es correcto no se contempla complicación alguna y que si se mantiene el margen de seguridad para evitar tocar el nervio que atraviesa la próstata no debe afectar la erección, tema que preocupa a muchos hombres.
«Menos del uno por ciento podría ver afectada su erección y deseo sexual pero solo si se traspasa la línea de quemadura y se afecta el nervio. Si se mantiene el margen de seguridad es imposible que lo afecte. Dependerá de quien maneje la técnica», de ahí la importancia que tiene el entrenamiento del urólogo, único especialista autorizado a realizar este moderno procedimiento que en Santo Domingo se ofrece desde hace unas semanas en el Instituto Urolaser, ubicado en el edificio médico de Bellas Artes donde ya hay entrenados unos cinco galenos urólogos. Caraballo dice que algunos hombres llegan al procedimiento con una deficiente erección y «suelen achacar su deficiencia al procedimiento».
Qué hacer para cuidar la próstata
Antes de enumerar lo que conviene comer para mantener la próstata en buen estado es bueno saber lo que conviene evitar, como por ejemplo las grasas saturadas, que tienen un impacto muy significativo sobre la próstata, la carne roja, la leche, el queso y el yogurt, los pasteles y también el alcohol. Existen varios alimentos beneficiosos para la próstata: la cebolla en particular, es un excelente anti cancerígeno, y no sólo para la próstata. Se recomiendan también todos los alimentos ricos en saponinas para evitar la aparición de un cáncer.
Las saponinas se unen a las moléculas tóxicas o al colesterol y se eliminan por medios naturales. Los alimentos ricos en saponina son: las verduras en general y la soja en particular, los guisantes, las espinacas, los espárragos, los tomates, las patatas, el ajo, el té verde, el ginseng y las castañas. Entre los alimentos beneficiosos para mejorar la salud de la próstata está el tomate, gracias al licopeno, un antioxidante muy eficaz. Se han hecho estudios en los que se ha demostrado que el consumo de tomates producía un 45% menos de cáncer que en aquellos que no los tomaban.
Importante Después de los 30 años, la próstata, glándula situada debajo de la vejiga y responsable de producir parte del semen que contienen los espermatozoides, junto con la vesícula seminal y los testículos, empieza a crecer, sin importar si tiene vida sexual activa o no.