Muchas situaciones en la vida están fuera de nuestro control. El calor, el tapón, la fila en el supermercado, son sólo algunos ejemplos de esas cosas que, sin importar las quejas o la cara que pongamos, no van a cambiar ni desaparecer milagrosamente. Sin embargo, a menudo permitimos que nos amarguen el día.
Dejarnos llevar por esos instantes es también fuente de muchísimas discusiones, acciones y pensamientos nocivos. ¿Qué podemos hacer para evitar caer en el círculo vicioso de la inconformidad y el estrés ante lo inevitable?
La técnica de mindfulness es un adiestramiento mental que te enseña a adaptarte «a lo que sea», bueno, malo o regular que te toque vivir.
«Si nos desesperamos, ¿qué sacamos con eso? Mindfulness es aprender a estar con lo que es. Vivir el momento presente sea o no placentero», explica Verónica Fernández, instructora de esta práctica.
Aunque ha cobrado auge en tiempos recientes, el mindfulnes es una técnica milenaria que hace 30 años el doctor John Kabat Zinn comenzó a investigar y enseñar en Estados Unidos. En 1979, el también científico y autor, inauguró la Clínica para reducción de estrés basada en mindfulness. Luevo fundó el Center for Mindfulness in Medicine, Health Care, and Society, en 1995. Ha escrito libros y ofrecido conferencias por todo el mundo sobre cómo reducir las tensiones y vivir de forma más relajada a través del adiestramiento mental.
Hoy, más de 50 estudios validan los beneficios del mindfulness. Se han creado aplicaciones, cursos y escrito muchos libros sobre el tema.
«Esto está arrasando en la comunidad científica porque funciona», destaca Fernández, también fundadora del Instituto de mindfulness de Puerto Rico, donde se ofrecen talleres para aprender la técnica.
Uno de los hallazgos que respalda la efectividad del método, explica la instructora, es que «tú afectas a tu cerebro con tus emociones».
Fernández señala que a veces tampoco tenemos control de lo que sentimos. Por eso, en vez de pelear con las sensaciones incómodas, mindfulness enseña a relacionarse con ellas de la mejor manera posible. También se enfoca en evitar una costumbre común de muchos: vivir en el pasado o en el futuro.
Hay muchas técnicas que se utilizan para lograr los objetivos. Una de ellas es encontrar diferentes «anclas» para traer la mente al momento presente.
«Algo básico es conectar con la respiración, sentir la respiración», indica Férnández.
También es importante observar los patrones cotidianos y así determinar qué cambios hay que realizar para «detener el desenfreno» descansando la mente.
«Cuando tenemos claridad mental no estamos dominados por el miedo o por la ansiedad que nos lleva a actuar en automático. La mente clara sabe cuáles son las cosas que podemos cambiar y cuáles no. Entendemos qué acciones sabias podemos tomar», enfatiza la instructora.