Todos los años se repite la misma historia. Se acerca el verano, nos empezamos a matar de hambre y hacemos ejercicio como si fuera la última vez. De un día para otro cambiamos toda nuestra alimentación y nos internamos en el gimnasio para llevar una vida más saludable. ¿Es necesario hacer este sacrificio? Porque la verdad es un sacrificio. No lo hacemos gustosas. El único objetivo es llegar en forma a la temporada estival. Lo recomendable no es perder nuestros días en el gimnasio durante los meses previos sino seguir una dieta equilibrada todo el año sin privarnos de nada. Solo debemos lograr la armonía entre ejercicio y alimentación y tomar hábitos que nos acompañen para siempre.
-Ordenar y planificar el menú diario es un buen comienzo. En casa siempre tenemos que tratar de que haya de todo: frutas, verduras, semillas, carnes, panificados, lácteos. Lo más importante es comer rico y sabroso. Rico no equivale a grasa sino a sazonar bien los alimentos, esto es clave. Hasta la verdura más sosa puede ser sabrosa.
Otro punto importante en nuestra alimentación es la «no prohibición». Debemos comer de todo, en pequeñas cantidades pero nunca desear algo fervientemente y no consumirlo. Eso aumentará nuestras ganas de obtenerlo y finalmente comeremos mucho más.
-Hacer ejercicio al menos tres veces por semana. Este punto es importante y hay que prestar atención ya que la actividad aeróbica no sólo es buena para modelar el cuerpo sino para nuestra salud. Por eso, lo que hagamos debe ser de manera continua y realmente nos debe gustar. No sirve ir al gimnasio si nos cuesta mucho y lo sentimos como una carga. Siempre debemos realizar actividades que nos resulten placenteras. De lo contrario, será muy dificil incorporarla en la rutina diaria. Si te cuesta demasiado hacer algo, intenta compartir la actividad con una amiga, hermana, madre. Eso siempre ayuda a dar el primer paso.
-Comer entre las principales comidas no es malo. Todo lo contrario, nos permite llegar al almuerzo, cena, desayuno o merienda con menos apetito. En estos casos, siempre es bueno consumir frutas frescas, yogures, quesos. El mercado ofrece una amplia gama de productos para que no te aburras de comer siempre lo mismo: frutas disecadas, frutas secas, barras de cereal, galletas y turrones de arroz, entre infinidad de opciones. Si algún día te tientas con un alfajor, chocolate o galletas dulces, no lo dudes.
Ya te contamos tres puntos fundamentales para no agotarte durante los meses previos al verano. Elegir una alimentación saludable cambiará tu calidad de vida. Intenta modificar la idea de «tengo que estar flaca» por la de «tengo que vivir bien». Eso te ayudará a ver las cosas de otra manera e inmediatamente verás los resultados sin necesidad de hacer sacrificios extremos.
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