Estamos decididos a acabar con esas libritas de más, pero cuando nos dicen que hay que bajar el número de calorías que consumimos, viene el problema. ¿Cómo las calculamos? Existen aplicaciones móviles que nos permiten hacerlo, sin embargo, depender de un programa llega a volver locos a muchos. Así que lo mejor es acudir a algo fácil y que esté siempre disponible. La ciencia ha dado con esa herramienta sencilla, que hasta los niños pueden aplicar y que consiste en utilizar sus manos como una forma de medición (ver cuadro). Lilia Villafuerte, doctora dietista y nutricionista del hospital de especialidades Guayaquil «Dr. Abel Gilbert Pontón», recuerda lo importante que es alimentarse en las cantidades recomendadas. «Hay personas que se sientan a comer en exceso, por eso vemos en nuestro medio mucha obesidad, colesterol y triglicéridos altos». Al tratarse de una medición que toma en cuenta las manos, nos permite recordar que un niño no debe consumir lo mismo que un adulto, como ocurre en algunos hogares. Y además, hay otras diferencias: un hombre tiene las manos más grandes que una mujer, y es aquí donde juega un papel muy importante la constitución corporal que tiene cada individuo. Y los estudios que respaldan este método aseguran que todo se resume en una regla de tres: a más grande es nuestro cuerpo, mayor gasto energético tendremos y necesitaremos más alimentos. Aunque es uno de los métodos más recomendados por los nutricionistas por la facilidad de su aplicación, no debe ser considerado rígidamente en todos los casos. Por ejemplo, dos personas pueden tener la palma de la mano del mismo tamaño, pero uno de ellos padece de una enfermedad renal por la que debe consumir menos proteínas que el que está sano, explica Andrea Tinoco. Ella es licenciada en Nutrición, con una maestría en Fitoterapia (utilización de plantas con fines terapéuticos) y quien se capacita en alimentación macrobiótica. Esta profesional reconoce que además de ser difícil hacer cálculos de las calorías, resulta estresante. «No podemos comer pensando en números». La alimentación también varía, por ejemplo, si se trata de una persona que se ejercita. Necesitará ingerir más carbohidratos. Pero si estamos hablando de alguien que padece de sobrepeso u obesidad, la metodología no podrá aplicarla de inmediato. El guayaquileño Edwin Macancela, licenciado en Nutrición con 12 años de experiencia y quien labora en la central médica Veris, dice que antes de entrar a una dieta hay que acudir a un profesional para que lo guíe. Lo que sí reconoce es que la gente ahora come tal vez el doble de lo que consumía hace unos 20 o 30 años. Para ayudarlo a cambiar esos hábitos, EXPRESO le muestra la forma en que se aplica el método de la mano, la curiosa historia de cómo surgió y la propuesta alimenticia de «Mi plato», del matrimonio Obama. Así que si su propósito es alimentarse bien, distribuya mejor su comida y de vez en cuando dése un gusto.