Gilberto Sánchez, Especial para EL VOCERO
Los aficionados del deporte y el ejercicio se han puesto muy cautelosos en el gasto que destinaban para ir a gimnasios y atender sus dotes atléticas ya que la economía en general ha impactado sus bolsillos, así como el alza en el Impuesto de Ventas y Uso (IVU) de 11.5%. Por estos días, la falta de agua potable también se ha dejado sentir en algunos gimnasios.
Según varios entrevistados por EL VOCERO, tales factores han disminuido las membrecías de los gimnasios y en casos como el de Gold’s Gym, en Hato Rey, donde a comienzos de año tuvieron un incremento de 40% en nuevos clientes, el cambio ha sido marcado. “Empezamos muy sólidos en el 2015, pero fue mermando bastante”, expresó Luis Del Valle, gerente del gimnasio. La mayoría de sus clientelas son profesionales ejecutivos que han tenido que adaptarse a la temporada de sequía, pues las áreas sanitarias se encuentran fuera de servicio. Esto, según Del Valle, ha empañado la imagen del negocio y ha frenado el incremento de nuevos usuarios en los últimos meses.
Aunque las instalaciones y servicios varían por sucursales, en esta particularmente, los entrenamientos personalizados que tienen un costo adicional, han cesado poco a poco al IVU incrementar significativamente los precios en las matrículas. El gerente indicó que muchas personas han visto este último servicio como un lujo, por lo que ahora son más cautelosos a la hora de contratar servicios específicos. A pesar de los percances que han arropado al País, en términos generales, “el año pasado yo podría decir que tuvimos un peor año, que este”, especificó.
El propietario de Maximum Elite Performance, Alfred Machado, explicó que el incremento del IVU no ha sido un factor negativo en su negocio. Sin embargo, detalló que este tipo de comercio está “previamente afectado negativamente por la economía, no necesariamente por el IVU, sino por la economía general. La gente no nos ve como un gasto necesario, sino como un gasto adicional y empiezan a cortarnos”, aseveró.
Los mayores ingresos de este local, ubicado en Arecibo, provienen de contratos por parte de compañías multinacionales que le facilitan a sus empleados un tipo de incentivo o plan médico que les permite visitar el gimnasio u obtener servicios como masajes, con el fin de recibir una mejor calidad de vida. Machado dijo que su clientela es generalizada y la mayoría son médicos, abogados y atletas profesionales. “Nosotros tenemos un híbrido de lo que sería un gimnasio comercial, convencional, ortodoxo”, sobre todo al alcance económico de cualquier persona, especificó.
Los costos iniciales empiezan con $50 de matrícula que incluye una evaluación inicial y de por vida, y otro costo mensual desde $60 a $120, dependiendo de las semanas de participación del cliente. En cuanto a la sequía, Machado destacó que este tema no le afecta ya que el gimnasio se suple con el ¨supertubo¨.
El propietario entiende que aunque existen muchas modas, como el ¨crossfit¨ y la zumba, las personas se inclinan a buscar una vida saludable de acuerdo a su bolsillo. “El puertorriqueño a través de los últimos años ha estado moviéndose en buscar mejoramiento físico”, agregó.
La clientela del gimnasio Equilibrium, en Guaynabo, donde muchos participan en sesiones de spinning, se ha mantenido balanceado por los precios módicos que ofrece su entrenador, Rolando Martínez. Los paquetes de clases fluctúan entre $25 a $50 y el 75% de su clientela son mujeres que rondan las edades de 20 a 50 años. Aunque el local no sufre de racionamiento, muchos de los que participan de este tipo de gimnasio aprovechan la interrupción de agua en sus viviendas para hacer ejercicios y luego ducharse, expresó Martínez.
Pese a que el IVU de 11.5% no ha afectado notablemente el flujo de clientes, el instructor ha oído comentarios de disgusto por el incremento de los precios en general y entiende que “el gimnasio que se queda es el que busca innovación, que busca cosas nuevas. La gente se cansa de lo mismo. Mientras más cosas nuevas tú hagas, ese cliente estará más contento”, detalló.
“Ahora mismo hay mucha competencia, quien se destaque en el servicio son los que tienen más prioridad de mantenerse”, enfatizó Marcela Polera, administradora de Premier Fitness, en Bayamón. Polera no pudo afirmar con certeza si el incremento del IVU ha afectado la atracción de personas de nuevo ingreso, pero aseguró que la matrícula ya ronda los $39, cuyo precio era de $35. “Nosotros no hemos cambiado en precios, sino el IVU”, abundó.
La sequía ha limitado la limpieza, el uso de baños y duchas para los clientes de este gimnasio. Para lidiar con esta problemática, cuentan con “zafacones de agua”, a manera de cisternas que son utilizados por los empleados ¨con moderación¨ para satisfacer las necesidades del local.