Una mala alimentación puede afectar a los órganos y el cerebro no está libre de esas repercusiones. Por eso, una dieta deficiente puede incidir en la disminución de la memoria, de la capacidad de atención y aprendizaje, así como en la aparición de cambios en el estado emocional y la forma de comunicarse e interactuar con los demás.
Sin embargo, existen alimentos que surten efectos positivos en el cerebro y contribuyen a su correcto desarrollo. Rocío Río de la Loza, coach de salud, comparte una lista de siete recomendaciones para nutrir tan importante órgano:
1 Consumir dos porciones de verduras de hoja verde todos los días, como acelga, col rizada, repollo, apio, lechuga, hierbas aromáticas, espinacas o alcachofas.
2 Proveerse de dosis de ácidos grasos omega 3. Se encuentran alimentos como las sardinas, atún y semillas de linaza. Asimismo, es importante reducir la ingesta total de grasas saturadas, como la mantequilla, y evitar las grasas trans.
3 Comer una gran cantidad de alimentos ricos en vitamina E, como las papas, auyama, aguacate, almendras o semillas de girasol.
4 Aumentar la ingesta de vitaminas B con verduras de hoja verde oscuro, pepinos, plátanos, lácteos, huevos, carne de res, hígado, pollo, legumbres, cereales fortificados, pan de trigo integral, granos enteros y champiñones.
5 Ingerir frutas con un alto contenido de antioxidantes, como la patilla y las moras.
6 Empezar a utilizar la canela. Un estudio demostró que tiene una acción neuroprotectora, ya que reduce los efectos negativos que una dieta alta en fructosa y grasas incide en el cerebro.
7 Beber suficiente agua. Entre 2,5 y 3 litros (13 tazas) para los hombres y 2 litros (9 tazas) para las mujeres.