Aunque sabemos que la meditación conecta al cuerpo con la mente, a veces estamos tan intermitentes como una mala señal de Wi-Fi. Más allá de la popular tendencia de los yoguis, encontrar nuestra propia forma de relajarnos puede depender del estilo de vida y la personalidad de cada una (y sabemos que pueden variar bastante). Como ninguna es igual a otra, Elle reunió varias formas de practicar la meditación, de acuerdo a cómo seamos.
Meditación Qigong : este estilo viene de las artes marciales y la medicina china. Su propósito es centrarse en la postura, combinada con una respiración concentrada, para tener control de todo el cuerpo. Además, de ves en cuando se practica la tensión muscular repetitiva durante la meditación.
¿Para quiénes?
Para las fanáticas del gimnasio y de los ejercicios, que no solo buscan una inyección de endorfinas para activarse, sino también tener un buen cuerpo.
Meditación Kundalini : combina varias posturas de yoga con la respiración adecuada para desconectar y a la vez centrar la mente. Es ideal para aliviar esa tensión que no logra salirse con la clase de spinning.
¿Para quiénes?
Para las que tienen un millón de cosas que hacer, pero necesitan un reinicio semanal para reponerse.
Meditación Vipassana : este estilo busca tener una conexión muy realista con la mente. No es sobre buscar pensamientos, sino sobre la simple observación de los pensamientos que están pasando -aquí se aplica eso de NO sobre pensarlo-. La idea es llegar a ser consciente de los pensamientos.
¿Para quiénes?
Todas las que tengan dificultad para concentrarse en un solo pensamiento a la vez y las que analizan demasiado las cosas.
Meditación Loving-Kindness : consiste en cultivar el amor incondicional por ti misma, a través de la meditación con los ojos cerrados y concentrándote únicamente en ti. El principio de esta técnica es que una vez que eres capaz de amarte, puedes contagiar de positividad a todos los demás.
¿Para quiénes?
Para cualquier persona que necesite un empujón de autoestima.
Meditación-Concentración : la idea aquí es concentrarse en una sola cosa, puede ser en un mantra (como el «om»), en una palabra o en la respiración. El objetivo es tratar de enfocarse exclusivamente en eso y tratar de volverlo a traer a la mente cuando sentimos que nos estamos distrayendo. El beneficio es llegar al punto donde ya no se piensa en las preocupaciones.
¿Para quiénes?
Para quien no cree en la meditación o los novatos.
Fuente: ErikaTipoWeb