No hay nada, absolutamente nada, tan sexy como alguien que coquetea de la forma adecuada. Puedes llegar a sentir cosquilleo en los pies y hasta temblor en las piernas…Todo ocurre de manera tan fluida, que no alcanzamos a ser conscientes exactamente qué es lo que tiene el otro a que nos vuelve tan locos.
Sorprendentemente, cuando conoces a alguien por primera vez, la impresión inicial que provocas depende en un 55% de tu apariencia y de tu lenguaje corporal; en un 38% de tu forma de hablar y sólo en un 7% de lo que realmente llegues a decir.
Coquetear o transmitir que te gusta alguien depende de toda una serie de cosas que no están ligadas a tu discurso. El factor más importante son los ojos. Piensa en cuánto tiempo mantienes contacto visual con las personas ; normalmente, nos limitamos a breves miradas. Esto sucede porque, en realidad, el tiempo que dedicas a mirar a alguien a los ojos es un indicador de una intensa emoción. De hecho, lo habitual es que constituya un acto de amor, de deseo o de odio. Puedes usar esta reticencia general a mirar a los ojos como una ventaja, mostrando tu interés en alguien con un simple contacto visual cuando te lo cruzas, manteniendo la mirada durante un segundo más de lo que harías por norma (No mucho tiempo más o acabarás pareciendo una lunática).
Cuando sonrías intenta transmitir el sentimiento de «Estoy tan feliz hablando aquí contigo» de una forma completamente natural, por supuesto. Alguien que da la impresión de disfrutar sinceramente de tu presencia es alguien al que resulta difícil resistirse.
Si tu «víctima» mantiene el contacto, entonces hay posibilidades de que sienta algo similar a lo que sientes tú y de que sus caminos se crucen en un futuro no muy lejano. Un contacto ocular inicial acompañado de un movimiento de cejas (Por ejemplo, elevar tu ceja brevemente) puede ser mortal. Obviamente, si te has sometido a un tratamiento de botox durante el último mes, no tendrás esta opción (…Tampoco te lo recomiendo, tu ceja podría quedarse levantada de forma perpetua).
Una vez que vuestras miradas se encuentren, necesitas comenzar a pensar en otras cosas además de los ojos. Un idea puede ser jugar con la cercanía, me refiero al «espacio personal», pero ojo dónde lo aplicas ya que en algunas culturas este espacio es más amplio (Europa y Estados Unidos) y puedes pasar un mal rato si no calculas bien la distancia corporal que impones. Si hablas con un latino y él se ubica muy cerca de ti, no debes asumir que está coqueteando contigo. Si no estás segura de si la persona está coqueteando, prueba acercándote un poco y observa la reacción de tu interlocutor. Si él retrocede y cruza los brazos delante del pecho, puedes estar segura de que es tremendamente tímido o de que no está interesado en ti. Las piernas cruzadas son otro síntoma de que no eres la ganadora, así como llevarse la mano a la nuca. Si tu hombre de deseo se inclina hacia ti y comienza a imitar tus posturas, entonces las cosas van en el camino correcto.
Obviamente, debes tener en cuenta que estas cosas que puedes observar en los demás, tú también las haces para mostrar tu interés en otra persona. Otra cosa que deberías hacer (sobre todo si lo que te apetece es dormir con él) es mostrarte animada. Usa los gestos, sé activa y muestra mucho interés en lo que esté diciendo ; a los hombres les encanta que una mujer esté pendiente de cada una de las palabras que sale de su boca. De todas formas, las chicas debemos tener cuidado en no animar demasiado a un hombre a que nos cuente su vida entera. Quizás él actúe como si su vida fuera la más fascinante del mundo pero, créeme, no es una buena idea.
Cuando las cosas comiencen a calentarse, puedes intentar una pequeña aproximación física. No estoy hablando de que te abalances sobre él, ni mucho menos, sino de un suave y efímero roce de tu mano con su brazo. Si eliges un acercamiento adecuado, las cosas pueden ir más de prisa, pero es necesario que tengas cuidado, si lo haces demasiado pronto puedes arruinar el ambiente y es posible que lo espantes. Por último, piensa sobre tu habilidad para flirtear con las palabras. Lo que dices es importante (obviamente) pero también lo es el tono de tu voz. Un simple «Hola» puede tener diferentes connotaciones según cómo lo pronuncies. Puedes transmitir que estás aburrida o que estás encantada. Recuerda que cuando se trata de primeras impresiones, tu forma de hablar tendrá una influencia mucho mayor que lo que digas.
Mi mejor amiga me cuenta que es un desastre coqueteando y me pregunta qué puede hacer. Le recomiendo lo siguiente: practica con alguien que te encuentres y que te parezca ligeramente atractivo. No tiene por qué ser alguien en el que estés realmente interesada. Practica, por ejemplo, con el vendedor de una tienda o con el garzón del restaurante . Cuanto más lo hagas, más cómoda te sentirás y ganarás en confianza día tras día. A esto se le llama aprender del ensayo/error.
Ahora… ¡A practicar!
La autora Julieta López es fundadora de www.sexydreamslove.cl y www.50sombrasdegrey.cl
? Twitter: @JulietaContacto