Científicos de todo el mundo han estudiado el sueño desde hace muchos años, descubriendo que este tiene una fuerte conexión con la memoria. Por ejemplo, un estudio de los años 20 concluyó que las curvas de olvido eran menores en las personas que dormían más. Otro más reciente determinó que cuanto antes se duerme una persona después de aprender o codificar un concepto, mejor lo retendrá en su cabeza.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y publicado en ‘Cortex’, sugiere que dormir no solo sirve para no olvidar, sino también para recordar, es decir para rescatar algo dentro de nuestra memoria. En pocas palabras, hace que la memoria declarativa trabaje mejor y, por lo tanto, sea más accesible.
«Este concepto se refiere a la memoria para la información y su significado, y para episodios autobiográficos, o sea, tu pasado. Además hace que la persona pueda declarar una información, bien recordándola o bien sabiendo que ya la conoce cuando te encuentras de nuevo con ese concepto», explica Nicolas Dumay, líder del estudio.
Sabiendo esto, y teniendo claro que la memoria sirve, en general, para fijar conceptos, Dumay se preguntó si también serviría para recordar cosas de las que, a priori, el individuo no se acordaba. Los resultados revelaron que después de dormir somos capaces de acordarnos de conceptos que no nos venían a la mente mientras estábamos despiertos o justo después de aprenderlos.
Para llegar a esta conclusión, contaron con 72 personas divididas en dos grupos de 36. A todos se les hizo aprender una serie de palabras inventadas, y luego se les sometió a un test para comprobar si las recordaban. Luego un grupo se fue a dormir y el otro se mantuvo despierto, 12 horas más tarde, se volvíó a hacer el mismo test de antes para ver si el número de palabras recordadas había cambiado.
La idea era distinguir entre las palabras perdidas, es decir, las que no se recordaron ni en el primer test ni en el segundo; las mantenidas, que se recordaban en ambas pruebas; o las ganadas, que solo se recordaban en el segunda test.
Los resultados del análisis demostraron que, en comparación con el grupo que se mantenía despierto, el sueño ayudaba, más que a la pérdida de memoria, a recordar conceptos anteriormente olvidados, ya que las palabras ganadas se daban mucho más entre los participantes que dormían que entre los que no lo hicieron.
«Dormir ayuda a recuperar información a la que inicialmente la persona no tenía acceso, porque esos recuerdos eran inicialmente demasiado débiles o inestables», explica Dumay, quien apunta que la posibilidad de ganar o recuperar un concepto en el segundo test respecto al primero era más del doble en el grupo que dormía (16,9% de palabras recordadas en el re test) frente al que se mantenía despierto (7,3%).
Dumay cree que la clave estaría en el hipocampo, una estructura interna del lóbulo temporal «que se encarga de descomprimir episodios y conceptos recientemente codificados, y los repite en las regiones del cerebro que originalmente estuvieron involucradas en su aprendizaje».
Posted by RPP Noticias on Martes, 28 de julio de 2015 Compartir en: