Diez errores que no permiten adelgazar

Hacer o intentar hacer dieta es una conducta tan común en hombres y en mujeres, que muchos con tal de perder unos kilitos no dudan en recurrir impulsivamente a todo lo que escuchan.

De hecho, una encuesta sobre obesidad en América Latina, hecha por el Centro Nacional de Consultoría este año, demostró que Colombia es el segundo país en la región donde más dieta se hace, después de México, pero también el segundo donde mayor número de comidas se consumen al día, después de Canadá.

Sin embargo, en ese afán por adelgazar son más los errores que los aciertos que se cometen.

Muchos, por ejemplo, ignoran que ante las dietas radicales el cerebro reacciona como si lo estuvieran matando de hambre y la respuesta del hipotálamo es mandarnos a comer lo primero que se atraviese.

Por otro lado, es cierto que aguantar hambre, no adelgaza sino que vuelve lento el metabolismo, para ahorrar energía. Se entiende que algo está escaseando y que hay que guardar.

Por eso, Iván Darío Escobar, endocrinólogo y presidente de la Fundación Colombiana de la Obesidad; Lucía Correa, presidenta de la Asociación Colombiana de Nutricionistas; y el médico esteticista, Alejandro Rada Cassab, explican cuáles son los errores más frecuentes cuando el objetivo es perder peso.

1. Confiarse de lo dietético

Tenga la precaución de leer la etiqueta nutricional de los productos que consume. Así sabrá en realidad cuál es la ventaja que le ofrecen frente a los convencionales. Compare, porque en algunos casos las diferencias son de 10 calorías y al no saberlo algunas personas se exceden pensando que no tendrá impacto. Por otro lado, comer solamente productos dietéticos impide darle al organismo los nutrientes que necesita.

Los batidos, por ejemplo, pueden consumirse, pero no permanentemente porque, además, con algunos se termina sintiendo más apetito y el impulso lleva a llenarse de harinas. Tenga en cuenta que algunos alimentos que dicen ser dietéticos, como ciertas galletas integrales, responden más a solucionar problemas como el estreñimiento, por su alto contenido en fibra, pero están lejos de ayudarle a adelgazar.

2. Eliminar alimentos

No es recomendable porque se pierden nutrientes indispensables, lo cual puede afectar el funcionamiento del organismo. Por ejemplo, suprimir completamente todos los carbohidratos, o las grasas o las proteínas puede causar una pérdida de masa muscular y el cuerpo no tendrá forma.

3. Hacer ayunos largos

Aguantar hambre es en realidad forzar al organismo a que reduzca el gasto calórico y hacerlo sobrevivir con el poco alimento que le damos. Además de la exposición a sufrir de alguna enfermedad, el metabolismo se puede ver afectado, comienza a trabajar más lento y a tener un menor gasto calórico del deseado.

4. La dieta de las famosas o de las amigas

Es un error entrar en un régimen sin un control médico de por medio. El especialista es el encargado de saber qué tipo de dieta funciona mejor en cada caso, luego de hacer una valoración de talla, peso, sexo, edad y actividad a la que se dedica la persona. Muchos acostumbran a hacer dietas recomendadas que son supremamente restringidas. Pueden causar un desbalance nutricional, en el que el cuerpo no responde o provoca reacciones adversas: alergias o problemas de estreñimiento.

5. Obsesionarse con la báscula

Pesarse a diario causa ansiedad y depresión, porque al no ver resultados tan inmediatos como se espera, la persona puede terminar comiendo más de lo que comía antes.

La preocupación exagerada por el peso está generando un efecto bumerán en una parte de la población. De hecho, estudios han demostrado que en un grupo de mujeres jóvenes de peso parecido, la ganancia era mayor en aquellas estresadas por no subir, que en las que vivían tranquilamente. Pesarse seguido puede propiciar incluso trastornos de alimentación.

6. En manos de las pastillas

Tomar las pastillas que ofrecen por televisión tiene varios riesgos: no cumplir con lo que prometen, hacer que la gente se confíe de ellas para no controlar su alimentación y afectar la salud. Muchas contienen aceleradores metabólicos, que pueden dañar el corazón, el hígado y el riñón

7. No moverse

Varias personas reconocen que lo suyo no es la actividad física y dejan claro que prefieren abstenerse de ciertas comidas con tal de no tener que matarse en un gimnasio. La realidad es que si quiere tener un buen estado físico y alto gasto calórico es una obligación moverse. Mínimo camine 45 minutos seguidos, tres veces a la semana.

8. Moda vegetariana

Esta es una decisión que por las restricciones que tiene debe estar muy bien orientada. Generalmente las personas necesitan proteínas, sobre todo pescado o huevo, como mínimo, así sean suspendidas las carnes rojas. Si no sabe cumplir con este régimen terminará llenándose de harinas y descompensándose.

9. El ánimo

Cuando se hacen cambios en el régimen de alimentación la gente tiene depresión, irritabilidad o ansiedad, el peso se convierte en un punto de obsesión altísimo y por lo tanto el objetivo va a estar más lejos de alcanzarse. En estos casos lo mejor es buscar ayuda profesional para que la frustración de una situación no intervenga en la otra.

10. Tiempo para comer

Para algunos, la comida es un placer que no se pueden dar y en ese afán de perder peso toman estos momentos como un paso del que hay que salir rápido, bien sea para no pensar demasiado en lo que estamos haciendo o porque después de tantas prohibiciones salimos a atiborrarnos de lo que nos tienta, pero sin dar lugar a ser vistos por otros.

Lo ideal es comer despacio y masticar muy bien los alimentos, tomando pequeños trozos, porque esto permite una mayor saciedad, así como una mejor digestión.

Cambios que sean sostenibles

Lo más importante para mantener un peso equilibrado y duradero es hacer cambios en el estilo de vida, no dietas que son insostenibles.

El endocrinólogo Escobar aconseja comer cinco veces al día y darle prioridad a la fibra, las verduras, las ensaladas, las frutas y las proteínas sin grasa.

Haga alguna actividad física, ya sea gimnasio, caminar o bailar, lo que más le guste a la persona, con el objetivo de que sea persistente.

El médico recuerda que hay que tomar agua y alimentarse con porciones moderadas.