1. Los ejercicios Kegel, enfocados en el fortalecimiento del piso pélvico en donde se encuentran los músculos que se contraen cuando se tienen la necesidad de orinar y aquellos que están  alrededor del esfínter del ano.

2. Ejercicios isométricos, los cuales consisten en apretar y sostener. En este caso se pueden realizar con pesas diseñadas para colocarse en la vagina, con las cuales se busca que la mujer apriete y las sostenga para hacer fuerza.

3. Los ejercicios de coordinación lumbopélvica realizan la coordinación entre toda la parte lumbar y la pelvis. Son ejercicios de movimiento de cadera y pelvis, similares a los de la danza árabe que son hacia adelante y hacia atrás. Estos ejercicios también favorecen a la activación de esta zona.

4. Actividad física. El ejercicio y el movimiento en general aumenta el libido. Hacer ejercicio cardiovascular o de fuerza produce endorfinas que sirven para aumentar la autoestima, lo que permite que la persona se sienta más atractiva aumentando el deseo sexual.

5. Ejercicios que tienen concepción erótica, hay algunas disciplinas como pole dance que despiertan la sensualidad femenina y requieren un importante esfuerzo físico.
6. Los ejercicios de la zona central o de fortalecimiento del core como Pilates también sirven para activar el piso pélvico.

7. Las relaciones sexuales también se incluyen como una actividad física, debido a que aumentan la cantidad de energía que utilizan las personas, esto teniendo en cuenta el tipo de posiciones realizadas y la duración del acto. Además, desde el punto de vista de la salud, son consideradas como una ayuda para el bienestar general.

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La investigación, que corrió a cargo de un equipo de expertos de la Universidad de Texas , reveló que quienes consumían diariamente entre 85 y 170 miligramos de cafeína corrían 42 por ciento menos riesgo de padecer disfunción eréctil en comparación con los hombres que no tomaban café.

En tanto que los que bebían entre 171 y 303 miligramos eran 39 por ciento menos proclives a experimentar dicha enfermedad, resultados que se mantenían incluso para los hombres hipertensos, obesos o con sobrepeso.

En este caso, los científicos analizaron a cuatro mil hombres que habitualmente consumían bebidas con cafeína, como el café, el té, refrescos o bebidas energéticas, entre otras, y en todos los casos los resultados fueron los mismos.

Sin importar la edad, el peso o la presión sanguínea, los que estaban acostumbrados a tomar este tipo de bebidas presentaban menos cuadros de disfunción eréctil.

Según los autores, la cafeína dispara una serie de efectos químicos que provocan la relajación de las arterias y el músculo cavernoso del pene, con lo cual se incrementa el flujo sanguíneo necesario para que la erección sea posible.

En México se estima que 30 por ciento de los varones entre 40 y 60 años padece algún grado de disfunción eréctil, es decir, casi tres millones 570 mil mexicanos.

Royé explica que esa patología, que se manifiesta en cualquier parte de la piel en forma de placas rojizas con descamación, no es contagiosa; sin embargo, asevera que el mismo paciente evita tener contacto íntimo porque la enfermedad afecta su autoestima.

«Existen muchas opciones de tratamiento que pueden hacer desaparecer la lesión», dijo la especialista, quien agregó que con mucha comunicación con la pareja no tendrán problemas en la intimidad; aunque advierte que, cuando haya lesiones, hay que evitar el contacto porque arden más con el roce.

Royé aseguró que aproximadamente un tercio de las personas con psoriasis tendrá alguna afectación de la patología en la zona genital en algún momento de su vida. 

Enfatizó que no se puede transmitir por contacto de la piel ni por relaciones sexuales, pues no es una infección: «Es una patología que surge de una alteración en el sistema inmune, la cual genera un cuadro inflamatorio que acelera el proceso de renovación de las células de la piel «.

Cuando la psoriasis se presenta en el área genital, puede confundirse con una infección por hongos, por lo que recomienda ir con un especialista en dermatología para tener el diagnóstico correcto.

Entre otras sugerencias, la dermatóloga aconseja no acariciar la zona afectada y evitar la fricción en esa área.  

También, les hace un llamado a los pacientes a evitar el uso de prendas muy ajustadas o de tejidos como nylon, lycra, cuero o plástico, y en su lugar vestir ropa interior de algodón. «La temperatura y el sudor pueden exacerbar la sintomatología (ardor y dolor) en áreas afectadas», indica.

En cuanto a la higiene, pide mantener una limpieza adecuada de las zonas íntimas con sustitutos del jabón, ya que el uso excesivo de jabones regulares aumenta la resequedad y la pérdida de flexibilidad de la piel. En el caso de la mujer, recomienda cambiar de ropa interior durante el día en vez de utilizar toallitas higiénicas.

El estrés, el hábito tabáquico, el alcohol e infecciones como la del estreptococo (causante de la faringitis), la candidiasis, el HIV y los antihipertensivos podrían desencadenar la psioriasis, comenta la Dra. Royé.

Aunque cualquier persona que tenga la predisposición genética puede sufrir de psoriaris en algún momento de la vida, las estadísticas señalan que es entre los 20 y los 40 años cuando se manifiesta en su mayoría. «Solo con tratamiento y cambios en los hábitos de vida se puede controlar», afirma Royé.

La dermatóloga aclara que es un trastorno crónico y recidivante, es decir, que puede reaparecer debido a algunas circunstancias o ante la exposición de los desencadenantes, los cuales están asociados al estrés, al fumar y a la bebida.

El proceso inflamatorio se asocia a la artritis psoriásica y al síndrome metabólico, la obesidad, al aumento de los triglicéridos y colesterol, así como a los problemas de glicemia e insulina. 

De acuerdo con las estimaciones de la dermatóloga, los pacientes obesos responden peor al tratamiento y se les sugiere rebajar para tener una mejor respuesta del organismo. 

Afecta las articulaciones

El deterioro articular se produce como consecuencia de la psoriasis, la afección autoinmune que provoca 

el recambio acelerado 

de las células cutáneas 

y origina la formación de placas de piel gruesa, rojiza y de apariencia escamosa que aparecen en codos, rodillas y cuero cabelludo, las cuales pueden abarcar otras zonas del cuerpo, refirió el reumatólogo Freddy Herrera. 

Lo cierto es que las necesidades varían según cada pareja, pero si te identificas con estas 7 señales seguro tienes una vida sexual saludable.

#7 Te sientes bien con tu cuerpo Si te sientes cómoda con tu cuerpo y puedes verte atractiva y sexy, seguro tienes una vida sexual saludable. Aunque no lo creas, la autoestima y la confianza juegan un rol muy importante en el desempeño sexual.

#6 No tienes miedo de pedir lo que quieres Si eres capaz de decir cuando algo no te gusta o cuando realmente lo disfrutas y él también, seguro tienen una gran vida sexual. Poder hablar sobre lo que quieren los ayudará a encontrar el placer mucho más rápido.

#5 Lo disfrutas El sexo es para disfrutarlo, si te pasas nerviosa, tienes miedo o no te sientes confiada no podrás disfrutar plenamente de la experiencia. Si te liberas y realmente lo disfrutas tendrás una vida sexual ¡increíble!

#4 Tienen una buena comunicación La comunicación y la creatividad sexual son muy importantes. Si se mandan mensajitos durante el día para generar expectativa sobre el encuentro, se susurran al oído o te pones la lencería que sabes que lo vuelve loco realmente lograrán tener una experiencia más excitante.

Generar deseo y expectativa y divertirse tanto durante como antes y después los ayudará a tener una excelente relación sexual.

#3 No te avergüenzas La vergüenza no tiene que estar presente en la intimidad de una pareja, por eso es importante conocer y confiar en el otro. Cuando pierdes la vergüenza, te dejas llevar y confías la experiencia es realmente mucho más valiosa y disfrutable.

#2 Sabes cuándo variar las cosas Es lógico que a veces las parejas caigan en una rutina sexual y no tiene nada de malo hacer siempre lo que saben que les gusta. Pero sin duda es importante variar las cosas de vez en cuando, incorporar cosas nuevas o proponer lugares diferentes que los ayuden a salir de la rutina y cambiar.

#1 Estás feliz en la relación Aunque no lo creas relacionado, cómo estés sentimentalmente en la relación influye en cuánto disfrutas del sexo. Si te encuentras feliz y enamorada y él también definitivamente lograrán transmitirlo en la intimidad haciendo que todo sea mucho más intenso y emocionante.

Sin duda no se trata de que lo hagas todo el tiempo o seas una experta en nuevas posiciones, la clave está en entenderse con tu pareja, en confiar mutuamente, en estar segura y en ir en busca de lo que te da placer.

iMujer

– Sustituto de azúcar: El sustituto de azúcar contiene espartamen, el cual complica la liberación de serotonina, la hormona feliz que mejora el líbido y el estado de ánimo. Además, el espartamen puede producir dolores de cabeza, irritación, ansiedad e insomnio.

– Corn flakes: Las cualidades anti afrodisíacas de los corn flakes son toda una sorpresa. ¿Sabías que el doctor John Harvey Kellog hizo este cereal como parte de una dieta blanda para disminuir el deseo sexual de las personas? Así que olvídate del cereal por las noches.

– Queso: El queso que venden en los supermercados ya ni siquiera es natural así que la grasa que contiene le hace daño a tu cuerpo. El consumo en exceso puede liberar toxinas que interfieran en la producción del estrógeno, progesterona y testosterona. Además pueden llegar a producir muchísimos gases…

– Papas fritas: Una bolsa de papas podría ser una buena botana para el cine pero no el mejor afrodisíaco para una noche pasional. Las papas están hechas con mucho aceite y a temperaturas muy elevadas las cuales, además de afectar tu salud, podrían matar tu deseo sexual en instantes.

– Café: Una taza de café en la mañana te pondrá de buen humor pero su consumo excesivo provoca estrés y desequilibrios hormonales.

– Refresco: Consumir mucho refresco y bebidas con saborizantes pueden provocar fluctuaciones en tu peso y estado de ánimo. Este tipo de bebidas además propician problemas alimenticios como la obesidad, caries, diabetes y más. Es más que obvio que también afecta el líbido enormemente.

– Frijoles: Y en último lugar pero no menos importantes: ¡los frijoles! Además de ser muy pesados para la noche, te darán unos gases que podrías no contener durante la relación sexual … y no hay nada que mate el deseo sexual que ese tipo de momentos incómodos.

-Juego previo: Si crees que la penetración y el punto G son lo único que necesitas para llegar al clímax, ¡estás muy equivocada! Dado que el clítoris es el que tiene más nervios, es indispensable que lo estimules durante el juego previo para tener una mejor experiencia.

-Comunicación: Muchas mujeres no son lo suficientemente expresivas en cuanto a su placer se refiere y este es un gran problema porque por eso mismo, muchos hombres no saben lo que quieres ni lo que necesitas para obtener placer. ¡Comunícate! Dile qué se siente bien, cómo tiene que hacerlo y con qué ritmo lograrlo.

-Frío: Tener frío en los pies o en cualquier parte del cuerpo podría perjudicar el estado de tu orgasmo. De hecho, en un estudio se descubrió que las mujeres llegan al placer rápidamente usando calcetines… ¿será ese tu problema?

-Ir al baño: Si una mujer se la pasa pensando en que necesita ir al baño durante el sexo ¡nunca llegará al orgasmo! Obviamente estará más enfocada en sus pensamientos y necesidades que en el acto mismo.

-Relación sentimental: Desafortunadamente no todas los encuentros de una vez terminan en fuegos artificiales. Varios estudios han demostrado que es menos probable llegar al orgasmo con una persona nueva que con una pareja estable.

-Preocupaciones: Cuando estás ansiosa por llegar al orgasmo o frustrada porque temes que se escape, no podrás concentrarte en las sensaciones que sí te llevarán al glorioso clímax.

-Masturbación: Si tú misma te tocas y conoces tu cuerpo, no tendrás ningún problema en mostrarle a tu pareja cómo lograrlo. En cambio, si no estás acostumbrada a masturbarte, ¿cómo planeas conocer el placer?

-Alcohol: Tomar una cerveza está bien pero 5 o 10 te harán perder el control de tus sentidos y la estimulación se volverá más difícil.

11 años Ves un horrible vídeo de contenido sexual que no tiene ni pies ni cabeza, lo que incluye nada de sexo real, solo penes y vaginas de dibujos animados. Luego, encuentras un libro escondido en tu casa en el que lees que el pene entra en la vagina durante el sexo. Lo cierras de golpe porque te parece algo repugnante.

12 años Por fin tienes una clase de educación sexual, cosa que ocurre demasiado tarde para la mayoría de chicos de tu edad. En el turno de preguntas y respuestas anónimas, alguien pregunta por escrito: «¿A qué sabe el semen?»  A lo que la profe responde con seriedad: «Es un poco salado» y ya no querrás ni tener, ni oír hablar de sexo en tu vida.

13 años Roberto te toca una teta en la fiesta de final de curso y piensas: «¿Se supone que esto me tiene que gustar?».

14 años María te cuenta algunas cosas sexuales que suenan bastante raras y te habla de algo llamado cunnilingus. Te ríes superfuerte para compensar tu falta de información sobre el tema. En cuanto llegas a casa te conectas a Internet y… ¡tachán, ya sabes lo que es un cunnilingus! Inmediatamente te arrepientes de haberlo buscado.

15 años Te pones a experimentar con tu cuerpo como si estuvieras tocándolo con un palo. Nadie te cuenta dónde está tu clítoris por lo que frotas todo tu cuerpo y esperas a ver qué pasa.

16 años Te quedas a solas con un chico (di la verdad, es Roberto).  Él también ha oído hablar de esos términos sexuales raros y trata de ponerlos en práctica. Primero, intenta sentir tu pecho a través de la camisa que llevas puesta y luego pasa un dedo por la parte trasera de tus vaqueros para tocar tu retaguardia. Acabas un poco confusa.

17 años Ya has tenido un montón de experiencias sexuales bastante tontas y sin incidentes. Después de estos encuentros, te vas a casa y te masturbas pensando que algún día encontrarás al chico que te dé tanto gusto como te das tú misma.

18 años Con esta edad ya puedes diferenciar entre los chicos que serán buenos en la cama y los que frotarán el interior de tu muslo pensando que es tu vulva. Es un excelente y vital descubrimiento.

19-21 años Te das cuenta de que lo que ves en las pelis porno y en el cine en general no tiene nada que ver con el sexo de la vida real. Por un lado, en el porno parece que nadie se lo pasa bien haciéndolo. Por otro, el sexo en plan meter y sacar, meter y sacar te parece lo peor.

22 años María te convence de que está guay (o mejor, ¡es genial!) pedirle a un chico que se dirija hacia abajo. Tú pasas un año encontrando el coraje para pedírselo a Roberto. Y una vez que lo has hecho, tu vida cambia para mejor.

23 años Por fin has tenido un orgasmo no fingido con un chico porque a los 23, Dani ha descubierto el clítoris. Te acabas de enamorar de Dani.

24-29 años Cada vez que pruebas una nueva postura sexual, echas la vista atrás y te das cuenta de qué experiencias sexuales fueron espectaculares y cuáles deberías borrar de tu cerebro.

Fuente: Cosmopolitan España