Daña la piel:

Los estudios han demostrado que tener como hábito regular la ingesta de soda está estrechamente relacionado con el envejecimiento acelerado. Si los efectos a largo plazo no son suficientes para hacerte pensar en uno en dejar este hábito, debes saber que los refrescos light reducen los niveles de pH, que pueden causar acné y dejar tu piel con un aspecto cansado.

Altera estado de ánimo:

El aspartamo se encuentra en este tipo de refrescos y esta substancia se ha relacionado con dolores de cabeza, mareos e incluso los cambios de humor. Es especialmente potente en personas con una predisposición de tener la ansiedad o depresión.

Aumenta el peso:

Un estudio hecho por la Universidad de Texas Health Science Center desveló que como más refrescos light tomaba una persona, mayor era su riesgo para tener sobrepeso. Con este estudio se concluyó que beber dos o más latas al día aumentan las cinturas un 500%.

Aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares:

Un estudio de la Universidad de Miami comprovó que las personas que bebían refrescos light cada día incrementeaban a un 44% más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón.

Aumenta la posibilidad de desarrollar diabetes:

Las personas que tienen el hábito de beber uno o dos refrescos light al día, tienen un 25% más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 comparado con las personas que no tienen este hábito.

Si estás listo para dejar los malos hábitos y recuperar tu salud, empieza por romper su adicción a los refrescos light. Puede parecer difícil, pero es posible!

Fuente: Mundofitness

Ahora bien, un exfarmacéutico llevó la teoría más allá y esbozó detalladamente qué le pasa a tu cuerpo cuando tomas refrescos cola. Desde somnolencia hasta el efecto que tiene sobre tus huesos, descubrir esto te hará pensar dos veces antes de beber otro vaso de refresco.

A los 10 minutos

Tu cuerpo ya recibió toda la dosis de azúcar recomendada para todo el día (10 cucharaditas). Y si hubieses consumido esa cantidad de azúcar mezclada con agua, probablemente estarías vomitando. Pero esto no sucede gracias al ácido fosfórico que contiene el refresco cola, que te permite seguir bebiendo sin que te des cuenta de lo empalagada que estás.

A los 20 minutos

Te sube rápidamente la insulina a causa de la gran cantidad de azúcar en la sangre. Para equilibrar esta situación, tu hígado comienza a transformar todo el azúcar posible en grasa.

A los 40 minutos

¡Te sientes ansiosa! La cafeína fue totalmente procesada y tus pupilas se dilatan, tu nivel de presión sanguínea aumenta y el hígado libera más azúcar en tu torrente sanguíeneo.

A los 45 minutos

La sensación se ha comparado con la de consumir heroína: tu cuerpo libera más dopamina, lo que estimula los centros de placer en tu cerebro.

A los 60 minutos

El ácido fosfórico se une al calcio, magnesio y zinc en tu intestino inferior, lo que da un nuevo impulso a tu metabolismo. Combinado con las altas dosis de azúcar y edulcorantes artificiales, comienzas a excretar calcio por tus vías urinarias.

Más de 60 minutos

Ahora que ya no quedan rastros del refresco, empezarás a sentir antojos de cosas dulces. Te pondrás de mal humor e irritable, y el agua que aportó el refresco se habrá llevado consigo valiosos nutrientes para tu cuerpo la última vez que hayas ido al baño. Y, por si todo esto fuera poco, dentro de unas horas también sufrirás los efectos de la falta de cafeína.

Ahora que sabes qué le pasa a tu cuerpo cuando tomas refrescos cola, ¿segura que quieres beberlos?

iMujer