El club La Jauría busca levantar la autoestima de niños de La Paz que sufren bullying en sus colegios mediante una actividad que se enfoca en llevar, recoger y dar paseos en motos a estudiantes que así lo deseen, informó Ronald Conde, presidente del club.

«Subir a una moto es algo increíble para un niño y que un grupo de motociclistas te acompañe a tu colegio, te deje en la puerta, te recoja, te ponga un casco y un chaleco va a ayudar a subir la autoestima de los pequeños», dice Conde.

La idea surge como iniciativa de uno de los miembros de La Jauría, club que cumplió dos años el 16 de julio, en respuesta a las actividades de apoyo social que realizan en beneficio de niños de distintos colegios o instituciones. El año pasado decidieron donar material escolar a establecimientos educativos de escasos recursos en comunidades del departamento como agradecimiento por contar con salud para ayudar, viajar y recorrer el país.

«Lo estamos haciendo de manera independiente y sin convenios con ninguna institución. Contamos con el apoyo de una psicóloga, esposa de uno de nuestros miembros, quien nos está orientando», indica el motoquero. Para que el trabajo sea muy responsable, cuentan con un equipo de evaluación de cada caso, conformado por la psicóloga y  dos profesores que manejarán la parte pedagógica, para no cometer errores.

En España, EEUU y México, grupos de motociclistas ya desarrollaron actividades de beneficio social similares con resultados satisfactorios que motivaron su realización en otros países.

«Sabemos que el bullying es un tema delicado, por eso vamos a estudiar los casos con profesionales y les vamos a dar seguimiento. La primera vez vamos todos a recoger al niño y luego se le asignan dos tutores, siempre con el respaldo de los padres y el equipo profesional. La idea es que el muchacho se sienta parte del grupo», aclara Martín Calvimontes, integrante de La Jauría.

La actividad inició la semana pasada y se coordina cada actividad con los padres de los niños. «No vamos a esperar a la llamada y hacer el servicio, antes evaluamos las condiciones y pertinencia», aclara Conde.

Para Karen Flores, directora de Voces Vitales -comunidad para niños, niñas, adolescentes y familias enfocadas en la construcción de respuestas a sus necesidades educativas- esta actividad es destacable y positiva en la medida en que sea consistente y se base en el reconocimiento de los derechos humanos de los niños, tanto social como emocional. «Más allá de llevarlos en moto, estos agentes externos deben hacer sentir protegido al niño, y debe tener herramientas necesarias para levantarles la autoestima, la seguridad y trabajar mucho la construcción de un ser humano para que tenga autorrespeto», afirma la especialista en bullying.

Se puede identificar a un niño víctima cuando presenta rasgos de sumisión, cambios de humor, desesperación, miedo, humillación y se le crean sentimientos negativos. Normalmente este acto es de un grupo a su ofendido.

La Jauría se reúne los lunes a las 21.30 en la Plaza del Bicentenario. Los interesados pueden  visitar su página de Facebook para coordinar una entrevista. (31/07/2017)

Por ser un medio para encontrar amigos, comunicarse y entretenerse, adolescentes y jóvenes usan redes sociales, pero allí no siempre la pasan bien.

Así lo informó el estudio «Redes sociales y salud mental y bienestar de los jóvenes», realizado en el Reino Unido, que reveló que esas plataformas virtuales les provocan depresión, ansiedad, problemas de sueño e inseguridad.

Además, el informe incluye un ranking de cómo impactan las aplicaciones más populares la salud mental de los adolescentes y jóvenes. YouTube encabeza la tabla como la más positiva, mientras que Instagram es la más perjudicial. Le sigue, muy de cerca, Snapchat.

Para llegar a estas conclusiones, casi 1500 jóvenes entre los 16 y 24 años fueron encuestados por  especialistas de la Sociedad Real de Salud Pública (RSPH, por sus siglas en inglés) y de la Universidad de Cambridge. Las preguntas estuvieron orientadas a indagar cómo se sentían en las cinco redes más populares: Facebook, Instagram, Snapchat, Twitter y YouTube.

En base a las respuestas que los encuestados dieron al preguntarles si ciertos factores positivos y negativos relacionados con su bienestar se veían favorecidos o perjudicados a través de su experiencia como internautas, Instagram se llevó el peor promedio.

Esto obedece a que en esa red social la imagen es todo, y ello afecta negativamente la imagen corporal que los adolescentes y jóvenes tienen de sí mismos, las horas que le dedican al sueño (y la calidad de este), y agudiza su miedo a ser excluidos de algo si no están conectados. También confesaron que empeora la ansiedad (y en menor medida la depresión y la soledad), y el ciberacoso.

Snapchat se posesionó en el ranking como la segunda red social más dañina, seguida por Facebook y Twitter. La única que obtuvo un buen promedio fue YouTube, que logró altas valoraciones positivas en dos tercios de los ítems (aunque es la que más horas de sueño les quita).

QUÉ HACER

Las autoras del estudio afirman que las redes sociales están intrínsecamente ligadas a la salud mental. «Debemos esforzarnos por comprender su impacto, especialmente en la población más joven», que es la que hace un uso intensivo de ellas, sostiene Shirley Cramer, de la RSPH.

La especialista destaca que en las plataformas mencionadas «hay riesgos que si no se abordan pueden y ya han abierto la puerta para que causen problemas significativos para el bienestar de los jóvenes. Ser un adolescente es bastante difícil, pero las presiones a las que se enfrentan online los jóvenes son sin duda únicas para esta generación digital. Es de vital importancia tomar medidas preventivas».

En favor de la salud mental de los jóvenes, en el informe se proponen medidas como: que los usuarios reciban una notificación (un pop-up) de la aplicación avisándoles del exceso de uso, que la red advierta cuando una foto está manipulada digitalmente y que se realicen campañas de concientización sobre estos riesgos en el ámbito escolar.

Hoy es el Día Mundial de Lucha contra el «Bullying» o el Acoso Escolar, por lo que las autoridades nacionales instan a los padres a tomar los recaudos para saber si sus hijos sufren hostigamientos en las escuelas, porque de no intervenir oportunamente pueden llegar a límites trágicos. La agresión ya no solamente es física, sino que también se da el acoso en las redes sociales.

La Viceministra de Educación, María del Carmen Giménez, recordó que este 2 de mayo es el Día Mundial de Lucha contra el «Bullying” o el Acoso Escolar, y que se trata de un tema preocupante porque se da en un alto margen. Es así que la Unicef refiere que uno de cada tres niños es hostigado, especialmente en los espacios escolares.

La autoridad educativa detalló que los entendidos en la materia indican que los casos suponen dos aristas: los momentos que viven los menores y la presencia de altísima comunicación entre ellos. «El acoso no solamente son los estirones de caballo o las orejas, sino que ahora hay mucho hostigamiento por WhatsApp y Facebook», contó.

Según algunos especialistas, de acuerdo a lo citado por la entrevistada, los niños están menos preparados para hacer frente a estos casos en la actualidad. «Antes, parece ser, que los menores estaban más fortalecidos emocionalmente, con una presencia más activa del entorno inmediato. Ahora el niño está más solo y conectado con personas extrañas con los dispositivos móviles», dijo.

A nivel local, Giménez dijo que no se tienen conocimiento en muchas ocasiones de lo que sucede. Además de esto en algunos casos no se carátula como «bullying” porque se confunde como simples travesuras de chicos, o se asume como parámetro «normal» de agresión, pero resaltó que “el hostigamiento no puede ser considerado normal entre los estudiantes».

“En encuentros deportivos, espacios como danzas u otros lugares hay muchos casos de manipulación, coacción, intimidación, y amenazas. Muchas veces los padres no toman conocimiento de lo que sufren sus hijos», resaltó la Viceministra.

Entonces, ¿cómo saberlo? Es vital prestar atención a la reacción del niño: baja sus calificaciones, pierde el apetito, adopta posturas agresivas, se vuelve retraído, no quiere volver a la escuela; estas son las consecuencias según afirmó la funcionaria estatal.

Es así que existe una gran responsabilidad de los adultos, empezando por los padres y los integrantes de la comunidad educativa, para detectar a tiempo y poder ayudarlos.

LO QUE PUEDE CONSIDERARSE «BULLYING”

Para diferenciarlo de un evento circunstancial de enojo, el «bullying» posee un claro carácter sistemático y metódico. “Un niño o un adulto es hostigado de manera sistemática por una o más personas. Generalmente los agresores son un grupo que molesta y bloquea socialmente, manipula y excluye o intimida a la víctima», explicó.

La recomendación dada a los padres por la Viceministra es que la «mejor receta es la cercanía, con mucho diálogo». Agregó que no es fácil conversar sobre la cuestión, por lo que se puede tratar tocar el tema hablando en tercera persona, como un cuento, o si el hijo no quiere conversar al respecto, conviene buscar el apoyo de un especialista para tener la certeza de lo que ocurre, porque “esto puede llegar a límites trágicos si la intervención no es oportuna y pertinente”.

Por último subrayó que de ninguna manera se debe castigar al menor que está siendo hostigado, porque eso se sumaría a lo que está sufriendo el niño.