El tema es una preocupación recurrente más aún cuando comienza el año y las mujeres se esmeran por verse mejor físicamente.

El cirujano plástico y reconstructivo, Sergio Valenzuela, señala que cuando una mujer frunce el ceño, se concentra o mira de reojo, los músculos de la cara se contraen formando las llamadas líneas de expresión que originan las arrugas . Luego con el tiempo, la piel pierde su elasticidad, las líneas se profundizan y se graban en el rostro.

El especialista  dice que el haber atendido cientos de pacientes le permite diferenciar cuánto y qué necesita cada paciente.

«De la mitad de la cara hacia arriba se producen las denominadas arrugas, por la contractura muscular, las que se pueden solucionar con toxina botulínica y de la mitad de la cara hacia abajo se producen hundimientos de la piel, es decir, surcos, los que se rellenan con ácido hialurónico» , remarca.

PROTEÍNA Valenzuela agrega que, antiguamente, la toxina botulínica era invasiva y de resultado artificial, pero hoy, con el avance de la tecnología, se ha depurado muchísimo, logrando borrar las arrugas y no la expresión de la cara.

Eso sí debe colocarse por un profesional y  en un lugar adecuado. Es una proteína que se produce naturalmente, sin embargo, utilizada con fines estéticos es altamente purificada y se administra con dosis muy pequeñas . El propósito principal es relajar los músculos y disminuir las secreciones glandulares.

El médico explica que si la paciente lo hace de forma frecuente, regular y no espera que el músculo se recupere 100%   se demora más. Con el paso del tiempo puede hacer que sea más largo el periodo entre una inyección y otra, incluso hay gente que luego ya no necesita.

CONSEJOS PARA EL TRATAMIENTO Valenzuela recomienda no usar maquillaje por 6 horas después del tratamiento y evitar cualquier masaje en la zona de aplicación.

Aconseja evitar la ingesta de aspirina, antiinflamatorios y vitamina E durante dos semanas previas , y desmaquillarse antes del tratamiento.

Sin embargo, algunas no reparan en otra zona que sí delata el paso de los años: las manos . En estas se produce un adelgazamiento de la piel lo que causa envejecimiento, aumento de las arrugas y un gran y visible deterioro.

Uno de los tratamientos que se aplican en la actualidad con éxito, y que produce efectos inmediatos, es el relleno de manos.

«Es un tratamiento que consiste en rellenar las manos, con ácido hialurónico , con lo que conseguimos que estas se vean naturales,  deja una piel suave, tersa, humectada, joven . Es de un impacto inmediato y la satisfacción de los pacientes es tremenda, porque ven sus manos rejuvenecidas, y se sienten totalmente feliz», explica la doctora Carmen Moren, directora y socia de Clínica Moren.

La especialista dice que en una sesión, que no dura más de 15 minutos y que causa un gran impacto de satisfacción.

«Es mucho más rápido que cuando tú quieres hacer algo en la cara, ya el efecto es instantáneo. Las manos se exponen a lavados constantes, a productos como alcohol gel, y a un daño ambiental, que la crema no la sana, porque hay una pérdida de tejido en la piel, la cual se adelgaza y produce este envejecimiento», añade.

Los tratamientos que se utilizan son dos, y dependerán de la contextura de la mano.

? Si es una mano de contextura normal o más rellena, sólo necesitará hidratación, para lo cual se inyecta un ácido hialurónico especial para esta acción. Es recomendable, que se realice una sesión por mes, durante tres meses, para conseguir el efecto deseado.

? Pero si se está ante unas manos delgadas, huesudas, que junto con arrugarse, también ha perdido volumen, entonces necesitará relleno . Para esto, existe un ácido hialurónico especialmente creado para rellenar.

«Es un tratamiento instantáneo, no quedan moretones y en un dos por tres, las manos estarán perfectas y sin dolor. Ambos se realizan de la misma forma, con una cánula que va por debajo de la piel.  Es un súper lindo tratamiento, es espectacular y la gente queda impactada», completa. la doctora Carmen Moren, directora y socia de Clínica Moren. Es recomendable  a partir de los 45 años.