Algunas mujeres nunca lo han hecho por vergüenza, pudor o por pensar que son feos. No obstante, conocer las partes de la anatomía femenina nos da poder. Saber sus funciones, estímulos y qué parte de esta zona nos resulta más placentera, hace que podamos ejercer nuestra sexualidad de forma más libre y consciente, eliminar miedos e ideas irracionales preconcebidas. Si rechazas, evitas e intentas hacer como si no estuvieran ahí, es difícil que puedas disfrutar plenamente de la sexualidad.

Seguramente, aunque no hayas mirado directamente tus genitales, habrás visto esquemas como los siguientes. Si no es así, empieza por aquí, para conocer las partes principales que componen tus genitales externos e internos.

Ahora da un paso más y ponte en un lugar donde puedas mirar de forma cómoda tus genitales con la ayuda de un espejo. Obsérvalos e identifica las partes que aparecen en el primer dibujo. Es importante que sepas que cada mujer tiene unos genitales diferentes y únicos en cuanto a tamaño, color, volumen, forma… No creas que tus genitales son «anormales» por no parecerse a otros que hayas podido ver.

Una vez identificadas cada una de estas partes, se trata de experimentar, descubrir, estar abierta a sensaciones diferentes en cada una de ellas. Por supuesto, sin presiones, obligaciones ni nada por el estilo. Para sentir placer es imprescindible dejarse llevar, sin crear expectativas. Es la mejor manera para conocerte y descubrir nuevas formas de sentir placer.

MONTE DE VENUS (O PÚBICO): Compuesto de tejido adiposo, cubierto de piel y con más o menos vello y situado sobre el hueso púbico. Al encontrarse encima del clítoris y disponer de terminaciones nerviosas, las caricias o la presión pueden resultar muy placenteras.

LABIOS MAYORES (O EXTERNOS): Salen del monte púbico y llegan hasta el ano. Su función es básicamente protectora pero también responden al tacto y la presión, y se hinchan cuando aumenta el nivel de excitación.

LABIOS MENORES: Se unen por arriba formando el capuchón del clítoris y se juntan bajo la apertura vaginal. Tienen numerosas terminaciones nerviosas, por lo que son muy sensibles. Con la excitación cambian de color, aumentan de tamaño (pueden alcanzar dos o tres veces su volumen habitual) y se separan dejando al descubierto la entrada vaginal. Su estimulación puede llevar al orgasmo.

CLÍTORIS: Órgano sexual femenino por excelencia. Posee miles de terminaciones nerviosas, siendo extremadamente sensible. A lo que llamamos clítoris (esa especie de guisante) es sólo la parte visible, pues abarca una extensión mucho mayor que no es visible. Está compuesto por dos raíces que se extienden hacia atrás pegadas a la parte inferior del hueso púbico, pudiendo alcanzar hasta nueve centímetros de longitud. Su estimulación directa puede provocar irritación en algunas mujeres y provocar el efecto contrario al deseado. Por eso, puede resultar más excitante la estimulación del área circundante.

VAGINA: En estado de reposo, las paredes vaginales se tocan, pero con la excitación la vagina se hincha, se agranda, por su enorme elasticidad. La sensibilidad vaginal no es homogénea, siendo el primer tercio de la entrada de la vagina la más sensible, pero no la única. El cuello uterino y el fondo del saco vaginal posterior puede ser una zona muy placentera en algunas mujeres, sin olvidar, claro está, el famoso punto G.

El autoconocimiento de ti misma es el primer paso para poder dar rienda suelta al placer y disfrutar plenamente a nivel sexual. Si no sabes cómo responde tu cuerpo, ¿cómo vas a saber qué estimulación es la más adecuada? ¿Cómo vas a saber lo que te gusta y lo que no? ¿Cómo sabes lo que te puede llevar al clímax? Y algo muy importante, ¿cómo se lo puedes comunicar a tu pareja?

La autora Julieta López es fundadora de www.sexydreamslove.cl y www.50sombrasdegrey.cl ? Twitter: @julietalopez_cl y @SexyDreamsLove

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