• Protege los órganos internos para su buen funcionamiento.
• Promueve la pérdida de peso.
• Mejora el tracto digestivo.
• Limpia el colon.
• Incrementa el tránsito intestinal.
• Evita el estreñimiento.
• Previene la retención de líquidos.
• Lubrica los músculos y las articulaciones.
• Estimula el funcionamiento de los riñones.
• Mantiene al cerebro en estado de alerta.
• Refuerza el sistema inmunológico.
• Evita la fatiga y el cansancio.
• Controla los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
• Previene la aparición de arrugas.
• Elimina toxinas.
• Quema grasas y calorías.
• Mantiene la elasticidad y el tono de la piel.
• Fortalece las uñas.
• Ayuda al sistema linfático.

Pero, ¿por qué es tan buena el agua en ayunas? Te explicamos: al ser lo primero que tu cuerpo consuma al día tu organismo lo absorberá como su fuente de energía para comenzar la jornada. El agua en ayunas activa todas las reacciones químicas del cuerpo, por lo que lo pone en funcionamiento.

El agua es libre de calorías, grasas, azúcar… Imagina que lo primero que tomaras fuera una lata de refresco: despertarías de golpe a tu organismo y lo pondrías a trabajar con algo muy pesado. Ahora, comprendes el efecto positivo que tiene ese vaso de agua mañanero.

Fuente: Eme de Mujer