¿Cómo usan los hombres los productos de cosmética?

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Si hace 30 años los únicos cosméticos que usaban los hombres eran el jabón y los productos para después del afeitado, actualmente la mitad de ellos asegura que utiliza varios cosméticos para el cuidado facial.

La coquetería no es solo de las mujeres y los hombres ya reconocen que se cuidan la piel por iniciativa propia y no por recomendación. Especialmente durante los últimos años, el uso de estos productos ha ido ganado una gran popularidad: en 1990, solo un 4 por ciento de los varones utilizaba un producto para el cuidado facial y en 2001 pasó a ser de un 21 por ciento. Ahora el 50 por ciento reconoce que utiliza productos, tanto de cuidado facial, como capilar, de higiene, productos corporales y de fotoprotección, según datos de la Asociación Española de Cosmetólogos y Cosmiatras.

Rubén Hernández Álvarez, presidente de la Asociación, revela que, actualmente, los hombres empiezan a cuidarse desde muy jóvenes: entre los 15 y los 24 años. «La estimación es que, en unos diez años, el consumo de productos cosméticos de cuidado se iguale entre hombres y mujeres», augura el especialista.

Entre los que reconocen que los usan, los más habituales son los desodorantes y las fragancias (90 por ciento), las cremas faciales (78 por ciento), los protectores solares (72 por ciento, en verano), limpiadores y exfoliantes (70 por ciento) y cremas corporales (61 por ciento).

Hernández compara las cifras actuales con el porcentaje de uso de la anterior generación. «Actualmente el 72 por ciento de los hombres usan crema facial mientras que antes solo lo hacían el 18 por ciento de sus padres».
Uso de productos femeninos

Pese a la amplia oferta de productos de cosmética masculina que existen ahora en el mercado, el experto señala que todavía «muchos hombres utilizan cosméticos femeninos para cubrir alguna necesidad (depilación, exfoliación, grasa localizada, etc.)».

El error de este uso es que un producto femenino no es tan efectivo en la piel de un hombre ya que su epidermis es un 20 por ciento más gruesa que la de las mujeres y la configuración interna también es distinta. Además «es diferente el proceso de envejecimiento y la configuración hidrolipídica», advierte el cosmetólogo, por eso es importante elegir productos que se adecúen a ellos.

Hernández asegura que en los hombres todavía existe cierto pudor en reconocer que se cuidan y prefieren comprar desde el anonimato. «Esto explica que la mayoría de productos de cosmética e higiene se adquieran en tiendas online, lo que ha disparado las cifras de ventas en este tipo de canales», aclara.

Como punto a su favor, el experto concede que los hombres «suelen ser más disciplinados que las mujeres en el uso de los cosméticos, cumpliendo mejor la frecuencia y el modo de empleo».  Una buena noticia, teniendo en cuenta que la falta de profesionales especializados en cosmetología provoca que las principales fuentes de información para los hombres sobre su cuidado personal sean las revistas e internet.

¿Qué rutina diaria debe seguir un hombre? «Como en las mujeres, debe de constar de tres pasos: higiene, cuidado y protección», aclara Hernández.

Debido al grueso de su piel, es conveniente que utilicen exfoliante regularmente.

La hidratación diaria es fundamental para todas las pieles: «En edades jóvenes debería completarse con antioxidantes y activos antipolución. A medida que se cumplen años, deberían añadirse además componentes antiarrugas y reafirmantes.  En caso de exceso de grasa, sería necesario un control de este desequilibrio para mantener el balance hidrolipídico óptimo», argumenta el experto.

Utilizar productos de texturas ligeras y de fácil absorción.

Usar fotoprotección durante todo el año, adaptando el FPS al riesgo de daño solar de cada individuo, que viene determinado por el índice de radiación ultravioleta al que esté expuesto, la tonalidad de su piel, la existencia de manchas previas y factores genéticos.
Desde la AESCOSM también recomiendan someterse a un diagnóstico dermocosmético de la mano de un especialista cosmetólogo que evalúe las necesidades personales y prescriba el tratamiento idóneo en cada momento.

Fuente: dmedicina