Volver a enamorarse

La Nacion /

El enamoramiento es un estado en el que sentimos que el otro es irremplazable. Esto se debe a que hay una idealización total y la persona enamorada niega, o no ve, los errores del otro. Pero una vez que el enamoramiento baja, se empieza a ver también lo negativo.

El amor maduro

Un autor estadounidense escribió un excelente libro sobre el amor en el que analiza los tres componentes del amor maduro. Te invito a recorrerlos:

1.Intimidad. Es compartir con el otro y conocer su mapa afectivo. Quien tiene intimidad desea pasar tiempo con su pareja, abrirle su corazón, darse a conocer, contarle sus secretos y sus miedos. Cada uno se abre al mundo del otro y busca conocerlo.

2.Eros. Eros es la pasión, el combustible, el fuego, la química, que mantiene viva a la pareja.

3.Compromiso. Este va más allá de la emoción y tiene que ver con la decisión o la voluntad de querer construir una relación de a dos.

Cuando al amor le falta una de estas tres patas, surgen los problemas. Por ejemplo, a la pareja que es puro eros, le falta compromiso e intimidad. En la pareja donde hay solo compromiso pero no hay eros, son buenos amigos o socios. Y aun la pareja que tiene mucha intimidad pero nada de eros es una pareja aburrida. Las tres cosas deben coexistir en equilibrio.

¿Es posible desenamorarse de una persona cuando el amor deja de existir?

Un famoso psicoanalista inglés decía que el tiempo cura. Esto significa que, con el correr del tiempo, la idealización del principio va disminuyendo, o al menos debería ir disminuyendo, por la pérdida de contacto. ¿Qué podemos hacer nosotros para colaborar con ese corte? Provocar en nuestra mente los peores recuerdos y las fallas del otro para evitar divinizarlo o demonizarlo. Todos los seres humanos tenemos puntos fuertes y puntos débiles.

La idealización tiene lugar especialmente cuando uno viaja, conoce a alguien y pasa algunos días con esa persona. Construye un «castillo de idealización» pero después la relación se termina y uno quedó atrapado en ese lugar. Entonces provocar uno mismo los errores ayuda a recuperar la objetividad y hacer un corte de despedida, obviamente con todo el dolor que esto implica. Un duelo sano consiste en recordar tanto las cosas buenas como las cosas malas de quien ya no está. Dicha objetividad nos permite cerrar el duelo de la mejor manera y en un tiempo razonable.

¿Es posible enamorarse a través de las redes sociales?

Se puede activar la atracción y la idealización, pero eso no alcanza para armar una pareja, hace falta el enamoramiento y el amor. El enamoramiento es ciego, el amor ve, y para el amor hace falta lo presencial, el verse, el oírse, el tocarse, el acariciarse.

¿Qué podemos hacer para seguir enamorados en la pareja?

La novedad, la sorpresa es el combustible y el elemento más importante del enamoramiento y la base que sostiene al amor. Cuando uno está enamorado, todo es nuevo, hasta el acto más insignificante como saludarse o mirar la luna. Con los años, se pierde ese encanto y la falta de creatividad, el aburrimiento, se convierte en veneno para cualquier relación. Todas las parejas necesitan un básico que se repita. Es decir una «homeostasis». Necesitamos un básico de rutina, un orden a través del cual sepamos cómo sigue el proceso.

Por ejemplo, el día sábado por la mañana hacemos las compras y por la tarde/noche salimos a pasear; y el día domingo desayunamos en la cama. Así logramos llevarnos bien porque nos dedicamos a hacer algo que nos gusta a ambos. Se trata de una rutina conocida. Ahora, si esa rutina crece demasiado y no brinda lugar para algo nuevo, arruina la sorpresa. Una pareja sana y equilibrada es aquella que mantiene un básico de rutina, es decir, de actividades que ambos conocen y hacen bien de a dos, pero deja un margen de creatividad, de pasión, de erotismo, de novedad. La vida que es pura sorpresa se torna un descontrol; mientras que aquella que es pura rutina corre el peligro de caer en el aburrimiento.

Como en todo lo demás, el equilibrio es la base de nuestra salud física, emocional y de pareja.

Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a [email protected]

En esta nota: Vínculos LA NACION Opinión Emociones