Errores a evitar cuando se va a empezar una dieta

El Observador / Por la Lic. en Nutrición Lucía Alba

La dieta que se concibe como un tratamiento que comienza, por ejemplo, el lunes y termina en determinado período de tiempo, es un concepto errado. La única opción verdaderamente sana es la de un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación completa, variada y equilibrada, que se acompañe de la práctica de actividad física regular adaptada a cada persona.

Sin embargo, los mitos alrededor de los hábitos alimenticios y el descenso de peso abundan, y para evitarlos se pueden tener en cuenta ciertos aspectos.

El primer error que se suele cometer es el de pensar que, si se empieza una «dieta» hoy, los resultados se verán rápidamente y el problema de sobrepeso se solucionará a corto plazo. El verdadero descenso de peso se logra modificando los hábitos de forma progresiva, controlada, adoptándolos como modo de vida, con pasos lentos pero seguros, y con paciencia, sabiendo que se ha tomado la decisión correcta. Por ello, las dietas extremas y restrictivas terminan sin funcionar.

Es fundamental que el asesoramiento para lograrlo esté en manos de un licenciado en nutrición, ya que el mismo cuenta con el conocimiento adecuado y adaptará el plan a las necesidades individuales de cada uno. No deben buscarse dietas en la web. La mayoría no tienen bases científicas sólidas e incluso puede poner en riesgo la salud.

Existe una cierta tendencia actual a pensar que estamos rodeados de alimentos que nos «envenenan» y nos hacen daño y a quitarlos de la dieta en lugar de consumirlos equilibradamente. En una correcta alimentación debe primar la variedad, de modo que no haya carencias ni excesos de nutrientes.

La creencia de que cuantas menos calorías se consuman mejor, es también falsa. Cada individuo tiene un requerimiento energético determinado, basado en sus características fisiológicas y su desgaste físico diario. Si se consumen muy pocas calorías , el cuerpo no tendrá energía suficiente para realizar las tareas cotidianas. Además, los períodos de ayuno o la omisión de comidas hacen que el metabolismo se vuelva lento, adoptando un mecanismo de «ahorro», lo cual es tramposo a largo plazo, pues dificultará la pérdida de peso y dará una sensación de hambre que puede dar lugar a atracones.

Otro error: las pastillas o polvos adelgazantes no existen. No existe la magia. Los suplementos pueden ayudar, pero solo cuando se acompañan de hábitos de vida y alimentación saludables. Lo mismo sucede con los alimentos light. Si bien aportan menos calorías que sus versiones originales, pueden ser engañosos y no implica que se puedan consumir libremente.

Finalmente, la buena alimentación siempre debe estar acompañada de la práctica regular de actividad física. Es cierto que se puede bajar de peso solo con la dieta, pero el ejercicio mejorará notoriamente sus efectos y contribuirá a la prevención de futuras enfermedades, además de estimular la mente, lograr una mayor y mejor adherencia al plan alimenticio y motivarnos a seguir adelante.

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