Las dietas más sanas del mundo

El Observador /

Son las dietas más sanas del mundo y que vale la pena imitar para beneficiar la salud del organismo y prevenir diversas patologías.

Dieta mediterránea: aquellas poblaciones que llevan una alimentación mediterránea tienen cifras de esperanza de vida mayores al promedio mundial de 72 años. De acuerdo con un estudio realizado por investigadores estadounidenses, parecería ser que seguir esta dieta tiene un efecto en los telómeros o parte de los cromosomas con ADN codificante, lo cual tendría un efecto en la vida celular y se asociaría a una mejor salud y mayor longevidad. Otras investigaciones asociaron esta dieta con una reducción de un 30% de morir por cualquier causa en comparación con la población general.

Dieta japonesa: Japón tiene la esperanza de vida más alta del mundo y en ese país residen la mayor parte de los centenarios. Asimismo, presentan tasas de enfermedades cardiovasculares y cáncer muy bajas, dado el elevado consumo de grasas omega 3 provenientes del pescado. Su dieta está basada principalmente de granos enteros, frutas y verduras, pescados, leguminosas y frutos secos, además de un elevado aporte de antioxidantes y fitoesteroles, y baja ingesta de productos procesados, ricos en azúcar y sodio.

Dieta francesa: a pesar de caracterizarse por incluir alimentos con grasas saturadas como el queso y las carnes, y alcohol derivado del vino, Francia es de los países con menores tasas de obesidad y enfermedades cardiovasculares. De acuerdo con recientes estudios, la clave estaría en el control adecuado de las porciones, ya que los franceses suelen consumir un promedio de 100 g menos de alimento en cada comida y esto sería suficiente para evitar el exceso de peso y tejido adiposo.

Todas estas dietas tienen características propias que, si se combinan y se imitan, pueden contribuir a mejorar la salud y lograr un adecuado peso corporal. Los aspectos principales a imitar serían:

· Una dieta rica en grasas insaturadas: provenientes por ejemplo de frutos secos, pescados, aceite de oliva y semillas.

· Alta ingesta de frutas y verduras.

· Baja ingesta de alimentos procesados: y en su lugar productos de estación y alimentos frescos.

· Consumo moderado de carnes rojas: reemplazado por un elevado consumo de pescado.

· Porciones controladas: en todas las comidas, priorizando el placer por comer, más que la cantidad.

· Elevada ingesta de legumbres, semillas y cereales integrales: ricos en fibra, y con abundantes beneficios para la salud.

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