Mitos y verdades sobre los superalimentos

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La quinoa, las semillas de chía, el asaí, las bayas de Goji, la kale, la cúrcuma, el jengibre son alimentos que se han puesto de moda en los últimos años por sus supuestas múltiples propiedades, que los convierten en alimentos completos que cubren muchas de las necesidades de nuestro organismo.

¿Qué beneficios reales tienen? ¿Son mejores que otros alimentos?

Eva María Bautista, nutricionista de Blua de Sanitas, asegura que «no podemos afirmar la existencia de estos ‘superalimentos’. Lo cierto es que no existe ningún alimento con ‘superpoderes’ ni podemos afirmar que un alimento por sí solo ayuda a prevenir o curar alguna enfermedad».

Según Batista, incluir estos alimentos en nuestra dieta no determina que tengamos una alimentación sana o insana, porque una buena salud se consigue «con una alimentación variada y un alto consumo de frutas y verduras».

Por su parte, Juan José Rodríguez Jerez, profesor de nutrición humana y ciencia de los alimentos en la Universidad Autónoma de Barcelona, recordó en su charla con el público en las jornadas de CuídatePlus, que cada uno de estos ‘superalimentos’ tiene una función, «pero si no tenemos déficit de los minerales que proporcionan, no sirven de nada y tampoco son mejores que otros alimentos».

Pese a que existe poca evidencia científica acerca de los beneficios inmediatos del consumo de ‘superalimentos’, algunos de ellos sí poseen un alto contenido en nutrientes que pueden beneficiar a nuestra salud, «siempre y cuando sea en un contexto de una alimentación saludable y variada en la que se incluyan todos los grupos de alimentos y, dentro de estos, aquellos que sean de mayor calidad», apunta Batista. En estos casos, señala, «los nutrientes contenidos en estos alimentos van a intervenir en diferentes aspectos de nuestra salud pudiendo llegar incluso a beneficiarnos». Un ejemplo de ello es el kale (la berza o col rizada) que además de poseer grandes funciones antioxidantes y ser rico en vitaminas C y E, es una gran fuente de calcio, lo que lo convierte en una buena opción para aquellas personas que no toman lácteos. Por su parte, Rodríguez también añade que las semillas de chía, por ejemplo, pueden ser útiles para compensar el déficit de omega 3.

Según la nutricionista de Blua de Sanitas, la clave reside en «incluir estos alimentos de moda en nuestra dieta, siempre y cuando no desplacemos otros, de manera que llevemos a cabo un patrón alimentario saludable». Además, recuerda que a través de la incorporación de ciertos ‘superalimentos’, «podemos beneficiar la alimentación en ciertas situaciones o momentos en las que tengamos dificultad de acceso a una alimentación saludable y completa».