La comida sanadora

El Financiero /

Padecimientos gastrointestinales, cuadros de ansiedad, diabetes e hipertensión pueden ser curadas con un régimen alimenticio adecuado. Esa es la premisa con la que el doctor David Duarte trabaja. Médico cirujano y homeópata por el Instituto Politécnico Nacional, tiene especialidad en medicina unani, china y ayurveda.

Es el creador del programa Salud en tus manos, en el que se fomenta la buena nutrición a través de talleres, conferencias, cursos y consultas médicas.

«No nos damos cuenta de la cantidad de alimento que ingerimos y que no necesitamos, eso afecta y debilita nuestra salud. Lo primero es hacer un proceso de depuración para después identificar qué es lo que está mal», comenta.

Vino español, a la conquista del millennial Mercado gourmet, con sabor de hogar Añade que las gripas repetitivas, alergias y muchos desórdenes estomacales están relacionados con el consumo de lácteos y harinas. La fibromialgia es recurrente en pacientes con una deficiencia de proteína y excesivo consumo de agua.

Sobre la diabetes afirma que, con su régimen, un paciente que se inyectaba hasta 16 veces al día lo dejó de hacer. En esos casos se debe seguir un proceso paulatino en el que se incluye depuración, alimentación adecuada y después se eliminan los fármacos, porque afirma que «resultan innecesarios». A lo que sí se recurre es a la homeopatía.

«El problema de la medicina natural es su falta de credibilidad ante la ciencia moderna. Tengo 25 años dedicado al seguimiento e investigación de casos clínicos que comprueben esa evidencia. Es posible sanarse uno mismo con lo que ingiere», explica el especialista.

El proceso depurativo tiene una guía básica a seguir. En ella se privilegia el consumo de proteínas de origen animal. Se debe evitar cerdo, vísceras y suplementos de soya. La leche y sus derivados no están incluidos porque el cuerpo humano no los necesita después del periodo de lactancia y no está preparado para procesarlos, sólo se permite el consumo de quesos maduros. Las harinas, los destilados y la mayoría de los granos tampoco son necesarios.

«Lo más importante es que la gente decida cambiar sus hábitos, una vez que vean los resultados y verifiquen que se sienten bien, continúan con un plan 90 por ciento apegado a su régimen y 10 por ciento libre para consumir lo que se les antoje», añade.