Salud: Prevenidos contra la difteria

El Nacional / n tiempos en los que está prohibido enfermarse, una población prevenida vale por dos. Alejandro Rísquez, pediatra, epidemiólogo y jefe del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Escuela Luis Razetti de la UCV, señala que el reciente brote de difteria en el estado Bolívar es una de varias enfermedades que están reapareciendo en el mapa epidemiológico venezolano. Según cifras extraoficiales, se presume que en el ámbito nacional se han registrado por lo menos 700 casos de difteria y más de una docena de muertes por esta causa en los últimos meses.

De acuerdo con el segundo alerta epidemiológico de la Sociedad Venezolana de Salud Pública, la difteria es una enfermedad aguda producida por la toxina de una bacteria, llamada Corynebacterium diphtheriae. Sus efectos se manifiestan sobre todo en la garganta y las fosas nasales. Los síntomas son fiebre -generalmente moderada-, dolor de garganta, tos seca, debilidad y la aparición de membranas blancas o grisáceas que pueden abarcar la úvula (o «campanita») y el paladar blando, así como la superficie de la faringe. Muchas veces se confunde con una amigdalitis, pues puede inflamar estas glándulas de manera asimétrica. Puede haber también secreción nasal sanguinolenta, engrosamiento del cuello y malestar general.

El tratamiento de la difteria consiste en el suministro de antitoxina diftérica y antibióticos. Aunque en algunos casos el impacto de la infección es leve y remite solo, en otros puede producir serias complicaciones, como dificultad para respirar por obstrucción de las vías aéreas, insuficiencia cardíaca, parálisis, daño renal e incluso la muerte. El período de incubación de la enfermedad varía entre 2 y 5 días, aunque a veces es más prolongado. El período de transmisibilidad puede extenderse hasta 4 semanas en pacientes no tratados y de 1 a 2 días en los que recibieron tratamiento antibiótico oportuno. La bacteria se transmite por vía aérea mediante la tos, el estornudo y la conversación estrecha con pacientes infectados o el contacto con un portador asintomático.

¿Qué hacer ante el malestar?»Por el momento no estamos hablando de una epidemia de enormes magnitudes y se están tomando medidas para vacunar a la población de esa zona, pero si hemos estado en contacto con personas que han visitado recientemente el estado Bolívar y presentamos estos síntomas, lo indicado es consultar pronto a un médico, para que determine si es necesario tomar muestras, enviarlas a las autoridades sanitarias y descartar que se trate de difteria», dice el especialista. Para evitar la propagación de la enfermedad, no solo resulta necesario aislar al paciente infectado; su entorno más inmediato también puede requerir tratamiento. «Por eso en líneas generales, siempre es importante que toda la población -no solo los niños- tenga su tarjeta de vacunación actualizada y a buen resguardo para poder tomar las previsiones del caso, porque ante una epidemia todos somos corresponsables en la protección de nuestra familia y de nuestra comunidad».

 

¿Cuándo vacunarse?

El pediatra y epidemiólogo Alejandro Rísquez señala que cualquier niño que haya recibido sus cinco dosis completas de vacuna trivalente o pentavalente antes de los siete años de vida está inmunizado y no requiere recibirlas más hasta los diez años. «En caso de faltar alguna debe implementarse un plan de rescate de la protección con administración de las vacunas pendientes». El experto apunta que las inmunizaciones que se administran en estos momentos son de buena calidad y que en los adultos se recomiendan los refuerzos cada 10 años, pues la protección se pierde con el tiempo. Esta vacuna puede reforzarse también durante el embarazo, en adultos mayores y personal de salud, por ser los más vulnerables luego de la población infantil.