El cáncer de páncreas, un asesino silente

La Prensa / Hace ya cinco años que el fundador de Apple, Steve Jobs, perdió la batalla contra el cáncer de páncreas . Otros famosos, como los actores Patrick Swayze y Alan Rick- man (el profesor Snape de Harry Potter), la cantante Rocío Jurado y el tenor Luciano Pavarotti también fallecieron por esta enfermedad.

El cáncer de páncreas es uno de los más agresivos y mortales , pero se habla poco de él, pese a ser la cuarta causa de muerte por cáncer en el mundo. Su incidencia aumenta y, aunque el pico de edad de los pacientes es de 60 a 80 años, cada vez se ve en gente más joven, dice el Dr. Leonardo Santamaría Galeotti, cirujano especialista en hígado, páncreas y vía biliar.

Dos tipos de tumor afectan el páncreas. Más del 95% son adenocarcinomas, agresivos y de rápido crecimiento; y los neuro- endócrinos, que ocurren en menos de un 5% de los casos y crecen más lento. No se conoce una causa específica para estos tumores , pero se han identificado factores de riesgo como el fumar, tener entre 60 y 80 años, antecedentes familiares, diabetes y obesidad. «Conocer los factores de riesgo es la única forma de prevenir», señala el cirujano.

Un tumor puede surgir en cualquier porción del páncreas e ir creciendo localmente. Después invade ganglios, y en etapas avanzadas, viaja a órganos vecinos. En una etapa temprana, no causa síntomas y eso retrasa su diagnóstico. » El cáncer de páncreas es un tumor silente «, menciona el médico. No hay protocolos de prevención temprana, ni estudios de tamizaje para pacientes de alto riesgo. Además, los médicos no pueden palpar el páncreas para examinarlo.

La única posibilidad de mejorar el pronóstico es resecar el tumor en su totalidad, y así, quizás, el paciente llegue a los cinco años de sobrevida, aunque el promedio es de un año y dos meses. Tras la cirugía viene la quimioterapia o radioterapia . Se ha probado con medicamentos inmunosupresores, pero no ha habido una mejoría significativa en la sobrevida. Casi todos fallecen por la recidiva (reaparición) del tumor, menciona el Dr. Santamaría.

Pero, como más del 80% de estos tumores se diagnostican en etapa avanzada, ya no está indicada su extracción quirúrgica y, en menos de un año, los pacientes van a fallecer.

«Un paciente puede tener dolores inespecíficos en el abdomen o la espalda, fatiga y pérdida de peso. Le hacen ultrasonido de vesícula, endoscopías, y generalmente pasan meses antes de llegar a un diagnóstico de cáncer de páncreas», indica el Dr. Santamaría. A veces el paciente se pone ictérico (con ojos y piel amarilla) cuando el tumor comprime la vía biliar y se aumenta la bilirrubina, pero generalmente será en etapas avanzadas.

Una tomografía puede mostrar el tumor, pero ya sería irresecable, localmente avanzado o con metástasis. Entonces se darían tratamientos paliativos, por ejemplo, hacer una derivación si hay una obstrucción biliar, o quimioterapia, para mejorar un poco los síntomas y la supervivencia. Si es un tumor neuroendocrino que viaja al hígado, se puede hacer un transplante de hígado.

Agrega el especialista que, a veces, hay hallazgos incidentales de un tumor pancreático cuando a alguien le hacen un estudio de imagen por otra causa. Cuando se capta un paciente así es cuando mejores posibilidades tiene. «No todo es un tumor maligno, algunos son benignos o hay quistes que se pueden diferenciar muy bien en una tomografía, pero si hay duda, hay que ser malicioso con los ‘incidentalomas’ en páncreas. Los médicos debemos ser agresivos en el diagnóstico y en la terapéutica, estudiarlo bien y si hay duda, mejor sacarlo».