Lecciones que aprender del mal sexo

Confirmado / Si alguna vez has tenido mal sexo, entonces las probabilidades de que la hayas pasado bien son pocas, sin mencionar que seguro no llegaste al orgasmo. Eso puede ser horrible, pero algo podemos rescatar de esto…

Hablar es esencial: A veces tienes una mala experiencia porque te dio pena hablar y decirle a tu chico que lo estaba haciendo mal. La próxima vez que estés en la misma posición, recuerda ese orgasmo olvidado y dile exactamente lo que tiene que hacer o, si crees que se ofendería, dale algunos tips para ayudarte a llegar al clímax.

Su tamaño no importa: Un chico bien dotado podría ser el peor amante del mundo. Mientras que otro podría darte el mejor orgasmo de la vida. Cuando veas su paquete, no asumas que será un mal amante, al contrario, piensa en lo bueno que puede ser para compensar su tamaño.

Entre más húmeda, mejor: A veces una nada más quiere sexo y el juego previo se retrasa. Aún así, necesitas estar lubricada, así que tu mejor aliado, al menos en estas situaciones, será un confiable lubricante de agua (o aceite si te proteges de otra forma y no usas condón).

No sólo te concentres en tu vagina: Los orgasmos vaginales son raros, así que necesitas concentrarte en tus demás zonas erógenas y tu clítoris. La próxima vez que sientas que no llegarás al orgasmo con penetración, baja tus dedos y juega con tu botón favorito mientras él hace lo suyo.

Una conexión es importante: El mal sexo es más común con alguien que no conoces que con una persona con quien tengas una conexión. De esta forma estarás más cómoda, habrá más confianza y ambos tendrán ganas de satisfacerse mutuamente.

No asumas que no es tu culpa: Entendemos que seas sexy y tengas experiencia, pero se necesitan dos. Tal vez sea que no se comunicaron bien, que no estaban cómodos o que él haya terminado pronto. El punto es que ambos contribuyeron al mal sexo, y es importante que ambos busquen una solución para la próxima.

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