Descubra los dolores físicos ligados a los problemas emocionales

«¿Pero, por qué a mí?  ¡Qué mala suerte! ¿Cómo me pudo pasar esto? ¡Qué accidente más absurdo!».

Estos son pensamientos y expresiones que surgen con frecuencia cuando alguien sufre una lesión en los huesos o articulaciones.

Sin embargo, lo que pocos saben es que estas heridas, fracturas, esguinces, luxaciones, desgarros, lumbalgias o cervicalgias son como un grito o señal de emergencia del cuerpo para que la persona solucione un  conflicto emocional.

Así lo sustenta la medicina bioenergética, según la cual todo lo que ocurre en el cuerpo tiene una estrecha relación con la mente y las emociones.

De acuerdo con los principios de esta corriente, sufrir una lesión osteomuscular puede ser una invitación al cambio, a liberarse de emociones negativas como la ira, la tristeza, el miedo o el rencor en las que la persona tiende a quedarse navegando, descuidando aspectos como la nutrición y el autocuidado.

Un llamado, en fin, a dejar atrás el pasado, a abandonar dudas y temores y tomar las decisiones necesarias para avanzar.  O quizás a aprender a pedir para no sobrecargarse, a recibir o a dejarse cuidar.

Al parecer, con la lesión física la persona se obliga a estar en reposo, lejos de sus actividades diarias, tomándose el tiempo para sanar algún problema o  reflexionar sobre una conducta.

Elizabeth Rivera, especialista en medicina bioenergética lo explica así: «el cuerpo sabe que necesita sanarse emocionalmente, pero como no ha encontrado otra forma, elige las lesiones como el mejor camino para lograrlo.

Y para ello lleva al límite al sistema locomotor que es el que nos lleva donde queramos, al igual que el muscular que protege de todo lo que  cause malestar. Prácticamente el cuerpo hace resbalar al ego y doblega las articulaciones, transmitiendo un mensaje claro: tropiécese o caígase para que cambie».

Por eso, los especialistas  aseguran que hay que hacer un proceso de introspección para descubrir factores disparadores, hacer conciencia de emociones escondidas, controlar pensamientos negativos   y aprender a expresar lo que se siente para no esperar hasta que el cuerpo estalle con algo tan nefasto como una lesión.

El mapa físico-emocional    De acuerdo con la medicina bioenergética, según el sitio en el que ocurra la lesión, se relaciona con cierto tipo de situaciones o conflictos que está viviendo la persona, así:   Cráneo. Puede significar que la persona le está dando más importancia a la razón que a los sentimientos.   Costillas o clavícula. Protegen el corazón y los pulmones, por eso, el mensaje que subyace tras una lesión en estas partes del cuerpo es que la persona está cansada de vivir.

Columna. A nivel cervical se asocia con estrés que no se expresa con llanto ni con palabras y se queda atrapado en los maxilares generando bruxismo y luego lesiones en la columna  muy incapacitantes.

En la zona dorsal, a mitad de la espalda se relaciona con enojo o rabia. Y a nivel lumbar con miedos, especialmente de tipo económico.

Brazo izquierdo. Suele lesionarse cuando hay una dificultad afectiva relacionada con algún miembro del sexo femenino.

Brazo derecho. Tiene qué ver con conflictos con personas del género masculino.

Los pies Están asociados con desplazamiento y, como tal, tienen relación con dar un paso adelante, o sea con tomar una decisión crucial.   Pero cuando ese paso genera mucho miedo y contradicciones, entonces el cuerpo de manera inconsciente se libera de esa situación lesionándose los pies.

Estas lesiones también se asocian a equivocaciones que se cometen, por lo cual la persona se autocastiga con una caída o una luxación.   Pie izquierdo. Cuando hay un miedo a avanzar en relación con las mujeres.   Pie derecho. Existe ese mismo miedo, pero tiene qué ver con los hombres.   Primer metatarsiano o dedo gordo. Tiene relación con el equilibrio entre el vaso y el páncreas, es decir, con la energía maternal.

Segundo dedo. Se asocia con el hígado, o sea con conflictos con el padre.   Tercer y cuarto metatarsiano. Hacen referencia a la energía de la vesícula biliar, o sea a sentimientos de injusticia o de decisiones en las que se tiene que elegir entre una y otra opción.

Quinto metatarsiano. Tiene qué ver con el equilibrio de la salud. Esto quiere decir con temores e incertidumbre; inquietud por algo que hay que hacer y que asusta o con paralizarse ante un proceso. Como quien dice, nos golpeamos este dedo inconscientemente para no hacer algo o impulsarnos a tomar una decisión.

Las manos  Meñique. Una lesión en este dedo es como un llamado de alerta para no dejar llenar el corazón de sentimientos negativos, como la ira, la desilusión o la tristeza.    Anular. Perteneciente al canal del equilibrio del sistema inmunológico. Lo que está diciendo este tipo de lesión es préstele atención a la autosanación y al descanso.

Corazón. Del canal del equilibrio. Se relaciona con el equilibrio entre dar y recibir sentimientos nobles, con la capacidad de vivir una experiencia a través de la verdad del corazón. Este tipo de lesión la sufren personas que han tenido una experiencia traumática con el sexo opuesto y que entonces deciden cerrar sus sentimientos para no volver a ser engañadas de nuevo.   Índice.

Asociado con el canal del pulmón, encierra la capacidad de asimilar las cosas en la vida. Significa que no se está tomando con calma algo y, por lo tanto, le genera culpa, melancolía y tristeza.   Pulgar. Canal del intestino grueso. Pueden lastimarse este dedo aquellos que tienen problemas para asimilar lo que es nutritivo para su ser y para liberar lo tóxico, como una amistad que no conviene, por ejemplo.

Además, una lesión en este dedo es más limitante y por eso es más significativa a nivel de lo que se quiere evadir. Terapias que le convienen   Psicoterapia o conversatorio. Busca modificar pensamientos, conductas, emociones y actitudes. Esto a través de técnicas cognitivo conductuales o de psicoanálisis.

Círculos de sanación. En los que la sanación se realiza de manera grupal con la ayuda de sanadores, con el fin de generar un cambio o transformación individual.   Danza, una luz de sanación a través de la energía del cuerpo convertido en arte. Es una forma de meditación en movimiento.

Yoga, chi kung o meditación, que transforman la carga de energía negativa en positiva, mediante posturas (asanas), movimientos rítmicos o estados de profunda reflexión.

Acupuntura. Que por medio de la estimulación de puntos energéticos, equilibra las energías, combatiendo los miedos, la ansiedad y la depresión. La enfermedad

Osteoporosis. Asociada a un proceso de desvalorización o pérdida de autoestima, a partir de alguna situación particular, como por ejemplo una infidelidad de la pareja o la pérdida del empleo, que llevan a tener pensamientos como «no sirvo para nada» afectando la salud de los huesos.   La persona de una forma inconsciente cree que no se merece algo o por ejemplo, quiere ir a un paseo, pero sabe que allí se va a encontrar a alguien desagradable, entonces se autosabotea y se causa daño de manera inconsciente con una fractura para no asistir.