¿Cuántas parejas sexuales son muchas? Hombres y mujeres mienten sobre su número

Hay un momento incómodo durante toda relación sentimental en la que alguno de sus integrantes, absorto en curiosidad y morbo, se le ocurre preguntar: «¿Con cuántas personas te has acostado?»

Al principio parece inocente, una frase más, envuelta por dos símbolos de interrogación que no representan ningún peligro.

Sin pensarlo, empiezas a sacar la cuenta o, en caso de conocerlo, evocas en tu mente el dato definitivo. Inmediatamente surgen cualquier cantidad de cuestionamientos y conjeturas aledañas: «¿Es un buen número? ¿Es mucho o poco? ¿Me van a juzgar? ¿Me va a cortar? ¿Se va a decepcionar? ¿Se lo irá a decir a sus amigas?». Pero, quizá, la pregunta más difícil de responder es: «¿Digo o no la verdad?».

Hombres y mujeres mentimos sobre nuestro número En un estudio realizado por el periódico The Tab en el Reino Unido sobre los “hábitos de alcoba” (puedes verlo aquí), se entrevistaron a 12,708 estudiantes de 36 diferentes universidades de esa región. Entre los resultados se encontró que los hombres tenían más amantes, 10 contra los 7.7 de ellas. También se demostró que un cuarto de las mujeres mentían sobre sus respectivos números: 20 % lo disminuía y el 5 % lo exageraba. En comparación, los hombres mentían menos (22 % de ellos); de éstos, el 12 % inflaba sus cifras, mientras que el 10 % las recortaba.

Los números son parecidos en México. Hace tres años la empresa Toluna realizó un estudio a nivel mundial para Twentieth Century Fox con motivo del estreno de su película What’s Your Number?. Los datos para nuestro país se obtuvieron a través de una muestra de mil personas, arrojando un promedio de parejas sexuales para ambos sexos de siete personas. A su vez, ésta se dividía en 10 para los hombres y sólo cuatro para ellas.

Yo siempre me tomé mi tiempo para madurar. La verdad, mi vida sexual empezó tarde. Durante mis veintes, por ejemplo, sólo tuve cuatro parejas sexuales, de las cuales siete años enteros le pertenecieron a una sola mujer. Pero tan pronto y cumplí 30 el número creció exponencialmente, superando los 25. Hay algo en esos tiempos de promiscuidad que me dieron una especie de orgullo y estoy seguro de que les pasa igual a mis compañeros de género. Sin embargo, para las mujeres, una cantidad alta pareciera ser un mal karma, una experiencia terrible que las persigue con antorchas, picos y palos, para prenderles fuego en la hoguera del escrutinio social.

Mientras que un hombre con un número alto es un héroe, las mujeres son juzgadas como prostitutas y no hay nada más lejano a la realidad que eso. Una mujer con un número alto de parejas sexuales suele ser tachada socialmente.

El número no tiene nada que ver con la promiscuidad Al respecto, la escritora y especialista en relaciones Tracy Cox entrevistó a tres mujeres de 30 años como parte de la investigación para uno de sus libros. Cada una confesó el número de personas con las que se habían acostado a lo largo de sus vidas, encontrando resultados que parecerían paradójicos. La primera había tenido relaciones con un total de 26 hombres, la segunda con cuatro y la tercera con ocho. Cox señala que con esos datos resulta evidente cuál de las tres sería juzgada con mayor dureza por sus contrapartes. No obstante, esta cuota no refleja en absoluto qué tan promiscuas eran en realidad cada una.

Al develar más información de las tres chicas, la autora descubrió que la que se había acostado con 26 solo promediaba dos amantes por año a partir de que inició su vida sexual a los 17 años. Por otra parte, la mujer que se acostó con ocho sumó a cuatro de ellos durante un fin de semana, mientras estaba de vacaciones y su esposo cuidaba a sus hijos en casa. Por último, la chica de los cuatro amantes tuvo relaciones con dos de ellos una misma noche en un trío, en un callejón cualquiera.

No te metas con mi número Como probó Cox, la cifra que arroja nuestro contador sexual no es motivo para generar juicios personales o sociales; de ser así, el único que debería contar es el de la experiencia acumulada en materia de desempeño en la cama. Si nuestra novia llegó a un número de dos dígitos, tendríamos que sentirnos orgullosos de estar con ella. Si somos nosotros los que contamos con una cantidad abultada, entonces demostremos con nuestra pareja lo aprendido en el pasado, para que, más que representar un historial oscuro, quede como un récord de «clientes satisfechos», siempre y cuando existieran de por medio las precauciones pertinentes sobre salud sexual y reproductiva.

Sobre los números pequeños, son tan respetables como los exuberantes. La decisión de tener un encuentro íntimo es única y exclusiva de quien participará en el acto. Ahora bien, si este total sobrevuela a su dueño como una parvada de buitres, recordándole que no ha tenido la suficiente acción sexual y que su libido está a punto de fallecer, entonces, ¿qué mejor misión que salir hoy mismo a subir la marca?

Anjo Nava

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