Con la informática también se cuida la salud

A partir de hoy, los usuarios del PAMI pueden utilizar una herramienta llamada Tu historia Tu derecho, a la que se accede desde la página www.pami.org.ar . Desde una computadora o celular, el afiliado con un mínimo requisito de seguridad podrá acceder a la lista de los medicamentos que se le entregaron en los últimos tres meses, con lo cual verificará si es cierto o no que los recibió; tendrá un cálculo exacto de cuánto se ahorró; podrá decir si el médico, la farmacia y el empleado del PAMI lo atendieron bien o mal, y podrá imprimir su propia credencial si es que la perdió.

Con mayores requisitos de seguridad, se podrá acceder a los medicamentos entregados en el último año y, en un nivel todavía más estricto en las condiciones de entrada, a los que recibió desde 2007. Todo médico que atienda al afiliado, además, podrá tener a la vista el listado de los tratamientos anteriores del paciente. El sistema tiene capacidad para procesar 16.000 millones de datos. Junto a la receta electrónica que ya es utilizada en el 60 por ciento de las prescripciones de médicos que atienden PAMI, a cambio de un pago extra, evitará errores cometidos porque la letra del profesional no se entiende, y producirá alertas sobre medicamentos incompatibles entre sí o no adecuados para el diagnóstico. Si el médico insiste con la medicación, será una universidad la que audite y dictamine sobre las decisiones del profesional.

En 2004, después de años de escándalos, el PAMI tenía tres millones de afiliados, pero apenas el 30 por ciento era usuario del sistema, básicamente por las enormes deficiencias del Instituto de Servicios Sociales de Jubilados y Pensionados. Hoy en día hay cinco millones de afiliados y el 96 por ciento utiliza el instituto que se conoce por las siglas de Programa de Atención Médica Integral (PAMI). Es decir que se pasó, en once años, de 900.000 usuarios reales a 4.800.000. La atención se multiplicó por cinco, además, porque aumentó la cobertura a quienes llegaron a la tercera edad, incluso sin haber tenido la totalidad de los aportes.

El titular del Instituto, Luciano Di Césare, es un médico que vivió años en Santa Cruz y trabó una relación cercana con Néstor Kirchner. Es poco conocido, un cultor del bajo perfil y muy poco habituales sus entrevistas, como la que le concedió esta vez a Página/12. Di Césare tiene cinco masters, entre ellos en Gestión de sistemas de salud, salud pública y administración de negocios, es director en la UBA de la Maestría de Desarrollo de la Seguridad Social y, además, decidió capacitarse como actuario, para abordar los cálculos del PAMI.

El primer desafío planteado por Tu historia Tu derecho tenía que ver con la seguridad de los datos y la privacidad del paciente. Los ejemplos son obvios: el paciente que contrajo HIV no querrá que en la red, a la vista de cualquiera, estén los datos que permiten inferir que contrajo esa enfermedad. En función de este principio se previeron tres niveles de seguridad que le permiten al afiliado tener el listado, respectivamente, de los medicamentos retirados en los últimos tres meses; en los últimos doce meses y desde 2007. El médico que atienda al afiliado del PAMI tendrá a la vista toda la historia que necesita, siempre que tenga el visto bueno del paciente. La idea es que la historia sea una especie de propiedad del afiliado, es decir, el derecho del paciente a su propia historia.

Tu historia Tu derecho empieza hoy por los medicamentos, pero el plan es que a muy corto plazo, se sumen los estudios bioquímicos, luego las imágenes –radiografías, tomografías, ecografías– y, finalmente, cada consulta médica. Es decir que en el sistema el afiliado tenga la totalidad de su historia clínica.

El paciente opina Un punto clave de la nueva herramienta informática es que el afiliado, además de acceder al listado de medicamentos, puede evaluar distintos aspectos de la atención, accionando el sencillo símbolo del pulgar para arriba o para abajo. En primer lugar, podrá decir si recibió o no el medicamento. Si el paciente señala a través del sistema que no lo recibió, de inmediato el PAMI desconocerá el consumo y librará un débito preventivo. Eso lleva al armado de un expediente de fraude. El paciente además tendrá la opción de señalar que ese medicamento nunca le fue recetado o que las fechas no coinciden.

En segundo lugar, podrá opinar sobre la atención del médico que le recetó. La primera opción es el dedo para arriba o para abajo, pero luego tendrá una ventana en la que tiene la chance de explayarse. “Nuestro objetivo es que el médico vea al paciente, lo toque, lo revise en todo el sentido de la palabra. De manera que esta herramienta nos tiene que servir para ir evaluando a los médicos y tener un cuadro de cuánto están cuidando a los pacientes”, señala Di Césare.

Por último, el paciente podrá hacer lo mismo respecto de la atención del PAMI, es decir, manifestar su evaluación sobre la forma en la que actuaron los empleados de la obra social de jubilados y pensionados.

La nueva herramienta le permitirá al usuario del PAMI realizar un trámite que suele ser traumático. Es habitual que los jubilados, pensionados o los veteranos de Malvinas (que también se atienden en PAMI) pierdan la credencial, para lo cual había que concurrir a una de las sedes del PAMI. De ahora en adelante, a través de Tu historia Tu derecho, con una computadora y una impresora cada afiliado podrá imprimir y reemplazar su propia credencial. Otro trámite al que permite acceder el nuevo sistema es pedir turno en la Unidad de Gestión Local (UGL), las oficinas del PAMI, lo cual le otorgará prioridad en el horario fijado por sobre quienes concurran sin turno. Por día, se atienden 16 mil turnos en dichas unidades de gestión.

A través del mismo dispositivo informático se podrá consultar la cartilla de médicos y centros de salud y, enviar sugerencias e ideas para mejorar la atención.

Recetas electrónicas “Hoy en día ya estamos en el 60 por ciento de recetas electrónicas – señala Di Césare–. Es algo que se logró a base de pagar adicionales por eso. Para los médicos, hoy esos adicionales pasaron a ser una parte importante de sus ingresos y para nosotros es clave, decisivo, para el control de la atención.”

Los errores que se producen por la letra ilegible de las recetas hechas a mano no es una cuestión menor, según los antecedentes recabados por el propio PAMI. Estudios o medicamentos con nombres similares terminan confundiéndose y provocando, en algunos casos, consecuencias graves.

Otra ventaja de la receta electrónica es que permite su emisión por tres meses consecutivos cuando se trata de un medicamento de uso permanente. Es decir, con la misma fecha del mes pero para tres meses consecutivos, evitando tener que volver al médico para obtener la receta.

Además, la receta electrónica permite una evaluación sobre la corrección del tratamiento. Si el médico pone en la receta un determinado diagnóstico y ordena un medicamento no adecuado, el sistema lanza un alerta. Lo mismo sucede cuando receta tres medicamentos entre los cuales hay incompatibilidades. También el sistema produce un alerta. En estos casos, el médico tiene la opción de ratificar su indicación. “El profesional soy yo y yo decido”, argumentaron varios médicos. En esa eventualidad, prima lo que resuelve el galeno.

Sin embargo, el PAMI resolvió que estas situaciones deban auditarse e instrumentó un convenio con universidades que serán las que evalúen cada caso. Ninguna universidad auditará las situaciones planteadas en su zona geográfica de influencia.

“Queremos evaluar los tratamientos y tendremos el respaldo de las universidades. El médico ya no debatirá con un auditor, sino con la academia. ¿Recetó siete tomografías, diecisiete medicamentos, como hemos tenido casos? Bueno, será para debatir con una facultad, con la academia”, concluye Di Césare.

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