Un protector para cada piel

SPF. Esas tres siglas realmente pueden confundir. Así se denomina, por sus siglas en inglés, el Factor de Protección Solar de los productos para cuidar la piel expuesta al sol. Pero hay muchos, desde el factor 10 hasta 60, incluso 100. Pero ¿todos sirven para todas las pieles?

En realidad, cada tipo de piel tiene su SPF más adecuado. Para saber cuál es el idóneo, hay que saber el fototipo de piel de cada cual y esto se determina según el tiempo que pasa la piel, expuesta al sol, sin quemarse.

Pero como nadie (o al menos, casi nadie) va a sentarse en la playa para medir el tiempo que demora en quemarse, los dermatólogos han enumerado las principales características de los fototipos de piel para que cada persona determine el suyo.

Según diversas tablas utilizadas por los dermatólogos, existen seis fototipos de piel, que van en degradé desde el más claro hasta el más oscuro.

Los albinos y los muy blancos, que además tienen ojos claros y cabello rubio o rojo, son los que tienen la piel con la relación más problemática con el sol. Conforman el fototipo 1 y no saben lo que es un bronceado, porque sólo se queman. Ellos jamás deben exponerse sin protección y, mínimo, deben usar un SPF de 50.

El fototipo 2 engloba a los muy blancos pero no tanto. También son rubios, pero no pelirrojos, y de ojos claros. Ellos necesitan mínimo, 40 de SPF.

La piel de los blancos de ojos y cabello castaños es un poco más fuerte que la de los catires. Para este grupo, los productos deben oscilar, mínimo, entre 30 y 40 SPF.

Las personas con pieles algo morenas, pero no mucho, están en el cuarto fototipo. Ellos deben usar un SPF mínimo de 20, aunque es preferible que opten siempre por el de 30.

En el fototipo 5 están los morenos oscuros y los de raza india. Este tipo de personas casi nunca se quema y, al broncearse, lucen un tono marrón intenso. Si se van a exponer mucho al sol, la protección media les va bien, así que pueden recurrir a un producto con 25 de factor de protección solar.

El último fototipo es el sexto y agrupa a los de piel sumamente oscura. Pueden usar protectores solares con SPF 15.

Además del SPF, es importante fijarse en qué tipo de producto se adquiere para cuidar la piel pues existen diferencias entre bronceador y protector. El bronceador activa la melanina de la piel para que se pigmente más rápido, mientras que el protector trabaja para absorber y dispersar los dañinos rayos ultravioletas y así impedir que afecten la piel.

Los protectores solares ayudan a mantener sana la piel pero no son milagrosos. Siempre debe evitarse la exposición directa entre 11 am y 3 pm y complementar el cuidado dermatológico con sombreros y sombrillas. GCH